En esta selección de imágenes, el instrumento de Lucy Pointing Platform apuntó cerca de la constelación de Orión, y el campo T2CAM incluía la nebulosa Rosetta. Los cuadros rojo, azul y amarillo indican los fotogramas de las imágenes T2CAM, MVIC y L’LORRI, respectivamente. Créditos: SwRI; Foto de archivo de 2008 del cielo nocturno visto desde Fajada Butte en Nuevo México, cortesía del Servicio de Parques Nacionales.
El 14 de febrero, la nave espacial Lucy de la NASA, que se encuentra en los primeros meses de su viaje a los asteroides troyanos, obtuvo una serie de imágenes de calibración con sus cuatro cámaras de luz visible.
Las primeras imágenes de prueba se tomaron en noviembre de 2021, poco después del lanzamiento de Lucy, el 16 de octubre de 2021, pero la prueba de febrero fue mucho más extensa. Lucy usó su Instrument Pointing Platform para apuntar a 11 campos de estrellas diferentes y así probar el rendimiento y la sensibilidad de la cámara y la capacidad de la nave espacial para apuntar con precisión en diferentes direcciones.
Las cuatro cámaras son las gemelas Terminal Tracking Cameras (T2CAM), la Multicolor Visible Imaging Camera (MVIC) y la Long-Range Reconnaissance Imager (L’LORRI). Las cámaras T2CAM tienen un amplio campo de visión, 11 por 8,2 grados, y se utilizarán principalmente para seguir y rastrear automáticamente a los asteroides troyanos durante los sobrevuelos cercanos de Lucy, lo que garantizará que los demás instrumentos de la nave espacial apunten al objetivo. MVIC, parte del instrumento L’Ralph, es una cámara a color de gran resolución que puede escanear su campo de visión de 8,3 grados de altura en una franja tan amplia como se desee, de forma muy similar a las panorámicas tomadas por la cámara de un teléfono móvil. L’LORRI es una cámara de teleobjetivo monocromática de alta resolución con un campo de visión estrecho de 0,29 grados cuadrados y obtendrá las imágenes más detalladas de Lucy de sus asteroides objetivo.
La prueba no incluyó el espectrómetro infrarrojo LEISA de Lucy (también parte del instrumento L’Ralph) o su instrumento L’TES de mapeo de temperatura, que requiere objetivos planetarios cercanos para obtener datos útiles.
MVIC es un generador de imágenes capaz de obtener resultados multicolores o pancromáticos. Esta imagen pancromática se adquirió durante un escaneo sobre una parte estrecha del campo T2CAM. El tiempo de exposición de MVIC fue de 0,92 segundos y la imagen se produjo restando parcialmente el fondo, lo que nos permitió ver estrellas débiles. Créditos: NASA/Goddard/SwRI.
Las estrellas visibles más débiles en esta imagen sin procesar de L’LORRI, tienen aproximadamente una magnitud 17, 50.000 veces más débiles de lo que el ser humano puede captar a simple vista. Los niveles de brillo de la imagen se han ajustado para mejorar la visibilidad de las estrellas débiles. El tiempo de exposición fue de 10 segundos. Los observadores más entusiastas notarán que las estrellas están ligeramente alargadas en esta imagen prácticamente sin procesar; el equipo de Lucy dispone de técnicas para mitigar este efecto, y la calidad óptica es suficiente para lograr los objetivos científicos de la misión. Créditos: NASA/Goddard/SwRI/Johns Hopkins APL.
Nuestro universo es un mar caótico de ondas gravitacionales. Los astrónomos creen que las ondas gravitacionales de parejas de agujeros negros supermasivos (se orbitan entre sí) que se encuentran en galaxias lejanas, tienen una longitud de años luz. Los científicos han estado tratando de observarlas durante décadas, y ahora están más cerca de hacerlo gracias al telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA.
Fermi detecta rayos gamma, la forma de luz de mayor energía. Un equipo internacional de científicos ha examinado datos de Fermi obtenidos durante más de una década, sobre púlsares, que son núcleos de estrellas que explotaron como supernovas y que rotan a gran velocidad. Buscaron ligeras variaciones en el tiempo de llegada de los rayos gamma de estos púlsares, cambios que pudieron haber sido causados debido a que la luz pasara a través de ondas gravitacionales en su camino hacia la Tierra. Pero no encontraron ninguno.
Aunque no se detectaron ondas, el análisis muestra que, con más observaciones, estas ondas pueden estar al alcance de Fermi.
“Nos sorprendimos un poco cuando descubrimos que Fermi podría ayudarnos a buscar grandes ondas gravitacionales”, dijo Matthew Kerr, físico investigador del U.S. Naval Research Laboratory, en Washington. “Los estudios de radio han estado haciendo búsquedas similares durante años, pero Fermi y los rayos gamma tienen algunas características especiales que los convierten en una herramienta muy poderosa en esta investigación”.
La longitud de una onda gravitacional, u ondulación en el espacio-tiempo, depende de su fuente, como se muestra en esta infografía. Los científicos necesitan diferentes tipos de detectores para estudiar la mayor parte posible del espectro. Créditos: Conceptual Image Lab del Goddard Space Flight Center de la NASA.
Cuando los objetos masivos se aceleran, producen ondas gravitacionales que viajan a la velocidad de la luz. El Laser Interferometer Gravitational Wave Observatory ubicado en la superficie de la Tierra, que detectó ondas gravitacionales por primera vez en 2015, puede detectar ondas de decenas a cientos de kilómetros de amplitud, que pasan por la Tierra en solo fracciones de segundo. La próxima antena espacial de interferómetría láser (LISA) que se localizará en el espacio, captará ondas de millones a miles de millones de kilómetros de amplitud.
Kerr y su equipo están buscando ondas que tengan años luz de amplitud y que tarden años en pasar por la Tierra. Estas ondas son parte del fondo de ondas gravitacionales, un mar aleatorio de ondas generadas en parte por parejas de agujeros negros supermasivos en los centros de galaxias fusionadas en todo el universo.
Esta recreación muestra ondas gravitacionales emitidas por dos agujeros negros de casi la misma masa a medida que giran en espiral uno alrededor del otro. Las ondas naranjas representan distorsiones del espacio-tiempo causadas por las masas que orbitan rápidamente. Estas distorsiones se extienden y debilitan, convirtiéndose finalmente en ondas gravitacionales (púrpura). Esta simulación se realizó con Pleiades en el Ames Research Center de la NASA. Créditos: NASA/Bernard J. Kelly (Goddard y Univ. del condado de Maryland Baltimore), Chris Henze (Ames) y Tim Sandstrom (CSC Government Solutions LLC).
Para encontrarlos, los científicos necesitan detectores del tamaño de una galaxia, llamados conjuntos de sincronización de púlsares. Éstas, utilizan conjuntos específicos de púlsares de milisegundos, que giran tan rápido como las cuchillas de una licuadora. Los púlsares de milisegundos barren haces de radiación, desde radio hasta rayos gamma, pareciendo pulsar con una regularidad increíble, como si fueran relojes cósmicos.
A medida que las ondas gravitacionales largas pasan entre uno de estos púlsares y la Tierra, retrasan o adelantan el tiempo de llegada de la luz en mil millonésimas de segundo. Al buscar un patrón específico de variaciones de pulso entre los púlsares de una matriz, los científicos esperan poder revelar las ondas gravitacionales que pasan junto a ellos.
Los radioastrónomos han estado utilizando conjuntos de sincronización de púlsares durante décadas, y sus observaciones son las más sensibles a estas ondas gravitacionales. Pero los efectos interestelares complican el análisis de los datos de radio. El espacio está salpicado de electrones perdidos. A través de años luz, sus efectos se combinan para doblar la trayectoria de las ondas de radio. Esto altera los tiempos de llegada de pulsos a diferentes frecuencias. Los rayos gamma no sufren estas complicaciones, proporcionando tanto una investigación complementaria como una confirmación independiente de los resultados de radio.
“Los resultados de Fermi ya son un 30% mejores que los conjuntos de sincronización de púlsar en radio cuando se trata de detectar el fondo de ondas gravitacionales”, dijo Parthasarathy. “Con otros cinco años de recopilación y análisis de datos de púlsares, será igualmente capaz con la ventaja adicional de no tener que preocuparnos por todos esos electrones perdidos”.
Dentro de la próxima década, los astrónomos tanto de radio como de rayos gamma esperan alcanzar sensibilidades que les permitan captar ondas gravitacionales de parejas de monstruosos agujeros negros en órbita entre sí.
“La capacidad sin precedentes de Fermi para cronometrar con precisión la llegada de los rayos gamma y su amplio campo de visión hacen posible esta medición”, dijo Judith Racusin, científica adjunta del proyecto Fermi en el Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland. “Desde su lanzamiento, la misión nos ha sorprendido constantemente con nueva información sobre el cielo en rayos gamma. Todos esperamos con ansias el próximo descubrimiento asombroso”.
El telescopio espacial de rayos gamma Fermi es una asociación de astrofísica y física de partículas administrada por Goddard. Fermi fue desarrollado en colaboración con el U.S. Department of Energy, con importantes contribuciones de instituciones académicas y socios en Francia, Alemania, Italia, Japón, Suecia y Estados Unidos.
Para evitar zonas de rocas afiladas, la misión ha tomado un camino alternativo hasta el Mount Sharp.
El rover Curiosity Mars de la NASA pasó la mayor parte de marzo escalando el “Frontón de Greenheugh“, una pendiente suave coronada por escombros de arenisca. El rover alcanzó brevemente la cima de la cara norte de esta zona hace dos años; ahora en el lado sur del frontón, Curiosity ha regresado para explorarlo más a fondo.
Pero el 18 de marzo, el equipo de la misión vio un cambio inesperado del terreno y se dieron cuenta de que tendrían que dar la vuelta: el camino ante Curiosity estaba cubierto con más rocas afiladas por el viento, o ventifacts, de lo que jamás habían visto en los casi 10 años del rover en el Planeta Rojo.
Al principio de la misión, los ventifacts desgastaron las ruedas de Curiosity. Desde entonces, los ingenieros del rover han encontrado formas de disminuir el desgaste de las ruedas, incluido un algoritmo de control de tracción, para reducir la frecuencia con la que necesitan evaluar las ruedas. Y también planean rutas del rover que eviten conducir sobre tales rocas, incluidos estos últimos ventifactos, que están hechos de arenisca, el tipo de roca más dura que Curiosity ha encontrado en Marte.
El equipo apodó el aspecto escamoso como terreno de “espalda de caimán”. Aunque la misión había explorado el área usando imágenes orbitales, fue necesario observar estas rocas de cerca para revelar los ventifactos.
“Era obvio a partir de las fotos de Curiosity que esto no sería bueno para sus ruedas”, dijo Megan Lin, gerente de proyectos de Curiosity, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en el sur de California, que dirige la misión. “Sería lento y no habríamos podido implementar las mejores prácticas de movilidad en la conducción”.
El 23 de marzo de 2022, el día 3423, o sol marciano, de la misión, la Mast Camera, o Mastcam del rover Curiosity Mars de la NASA tomó esta imagen. El equipo describió de manera informal las rocas afiladas por el viento que se ven aquí como rocas de “espalda de caimán” debido a su apariencia escamosa. Créditos: NASA/JPL-Caltech/MSSS.
Las rocas con forma de caimán no son intransitables, simplemente no valdría la pena cruzarlas, considerando lo difícil que sería el camino y cuánto se deteriorarían las ruedas del rover.
Por lo tanto, la misión está trazando un nuevo rumbo para el rover a medida que continúa explorando el Mount Sharp, una montaña de 5,5 kilómetros de altura a la que Curiosity ha estado ascendiendo desde 2014. A medida que asciende, Curiosity puede estudiar diferentes capas sedimentarias que fueron formadas por agua hace miles de millones de años. Estas capas ayudan a los científicos a comprender si la vida microscópica pudo haber sobrevivido en el antiguo entorno marciano.
¿Por qué Greenheugh?
El frontón de Greenheugh es una amplia llanura inclinada cerca de la base del monte Sharp que abarca aproximadamente 2 kilómetro de ancho. Los científicos de Curiosity lo descubrieron por primera vez a través de imágenes orbitales previas al aterrizaje del rover en 2012. El frontón sobresale como una característica independiente en esta parte del Monte Sharp, y los científicos quieren entender cómo se formó.
También se encuentra cerca de Gediz Vallis Ridge, que puede haberse creado a medida que los escombros fluyeron montaña abajo. Curiosity siempre permanecerá en las estribaciones más bajas del monte Sharp, donde hay evidencia de agua en la antigüedad y entornos que habrían sido habitables en el pasado. Conducir a través de aproximadamente 1,5 kilómetros del frontón para recopilar imágenes de Gediz Vallis Ridge, habría sido una forma de estudiar el material de los tramos más altos de la montaña.
“Desde la distancia, podemos ver rocas del tamaño de un automóvil que fueron transportadas desde los niveles más altos del Monte Sharp, tal vez por el agua en una era húmeda de Marte relativamente tardía”, dijo Ashwin Vasavada, científico del proyecto Curiosity en el JPL. “Realmente no sabemos qué son, así que queríamos verlos de cerca”.
El camino menos transitado
Durante las próximas dos semanas, Curiosity descenderá del frontón a un lugar que había estado explorando previamente: una zona de transición entre un área rica en arcilla y una con mayores cantidades de minerales de sal llamados sulfatos. Los minerales arcillosos se formaron cuando la montaña estaba más húmeda, salpicada de arroyos y estanques; las sales pueden haberse formado a medida que el clima de Marte se secó con el tiempo.
“Fue realmente genial ver rocas conservadas de una época en que los lagos se estaban secando y siendo reemplazados por arroyos y dunas de arena seca”, dijo Abigail Fraeman, científica adjunta del proyecto Curiosity en el JPL. “Tengo mucha curiosidad por ver qué encontramos a medida que continuamos escalando en esta ruta alternativa”.
Las ruedas de Curiosity estarán en un terreno más seguro, aunque los ingenieros se están centrando en otras señales de desgaste en el brazo robótico del rover, que es el que porta su perforadora. Los mecanismos de frenado en dos de las articulaciones del brazo dejaron de funcionar el año pasado. Sin embargo, cada junta tiene partes redundantes para garantizar que el brazo pueda seguir perforando muestras de roca. El equipo está estudiando las mejores formas de usar el brazo para garantizar que estas partes redundantes sigan funcionando el mayor tiempo posible.
Los astrónomos del telescopio Espacial Hubble de la NASA han estudiado un tipo de exoplanetas ultracalientes, con los que han obtenido un conjunto de datos fascinante. En ellos se aprecia que estos planetas hinchados del tamaño de Júpiter, están tan abrumadoramente cerca de su estrella anfitriona que se están asando a temperaturas por encima de los 3000 grados Fahrenheit.
Esta temperatura es lo suficientemente alta como para vaporizar la mayoría de los metales, incluido el titanio. Los exoplanetas del estudio cuentan con las atmósferas planetarias más calientes jamás vistas.
Los equipos de astrónomos del Hubble, en dos nuevos artículos, han informado sobre las extrañas condiciones climáticas que imperan en estos planetas. En un planeta “llueve” roca vaporizada, y la atmósfera superior de otro se está calentando en lugar de enfriarse ya que está siendo “quemada por el sol” debido a la intensa radiación ultravioleta (UV) de su estrella.
Esta investigación tiene más enjundia que el hecho de encontrar atmósferas planetarias extrañas y extravagantes. El estudio brinda a los astrónomos una mejor comprensión de la diversidad, complejidad y química exótica que tiene lugar en planetas remotos ubicados a lo largo de nuestra galaxia.
“Todavía no comprendemos totalmente el clima en diferentes entornos planetarios”, dijo David Sing, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, coautor de los estudios. “Cuando miras a la Tierra, todas nuestras predicciones meteorológicas están ajustadas con precisión a lo que podemos medir. Pero cuando vas a un exoplaneta lejano, tienes capacidades predictivas limitadas porque no has construido una teoría general sobre cómo funciona globalmente la atmósfera y cómo responde a condiciones extremas. Aunque conoces la química y la física básicas, no sabes cómo se va a manifestar en formas complejas”.
En un artículo publicado el 7 de abril en la revista Nature, los astrónomos describen las observaciones del Hubble de WASP-178b, ubicado a unos 1.300 años luz de distancia. En el lado diurno, la atmósfera no tiene nubes y está enriquecida con gas de monóxido de silicio. Debido a que un lado del planeta está de frente permanentemente a su estrella, la atmósfera a altas temperaturas gira hacia el lado nocturno a velocidades que superan los 3.200 kilómetros por hora. En el lado oscuro, el monóxido de silicio puede enfriarse lo suficiente como para condensarse en minerales que precipiten de las nubes, incluso al amanecer y al anochecer, el planeta está lo suficientemente caliente como para vaporizar la roca.
En un artículo publicado en la edición del 24 de enero de Astrophysical Journal Letters, Guangwei Fu de la Universidad de Maryland, College Park, informó sobre un Júpiter súper caliente, KELT-20b, ubicado a unos 400 años luz de distancia. En este planeta, una explosión de luz ultravioleta de su estrella anfitriona está creando una capa térmica en la atmósfera, muy parecida a la estratosfera de la Tierra. “Hasta ahora nunca supimos cómo la estrella anfitriona afectaba directamente a la atmósfera de un planeta. Ha habido muchas teorías, pero ahora tenemos los primeros datos de observación”, dijo Fu.
En comparación, en la Tierra, el ozono de la atmósfera absorbe la luz ultravioleta y eleva las temperaturas en una capa entre 11 y 50 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. En KELT-20b, la radiación ultravioleta de la estrella calienta los metales en la atmósfera, lo que crea una capa de inversión térmica muy fuerte.
La revelación surgió por la detección de agua con el Hubble en observaciones del infrarrojo cercano y de la detección de monóxido de carbono del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA. Estos componentes irradian a través de la atmósfera superior transparente y caliente que es producida por la capa de inversión. Esta firma es única de lo que los astrónomos ven en las atmósferas de los Júpiter calientes que orbitan estrellas más frías, como nuestro Sol. “El espectro de emisión de KELT-20b es bastante diferente al de otros Júpiter calientes”, dijo Fu. “Esta es una prueba convincente de que los planetas no viven aislados, sino que se ven afectados por su estrella anfitriona”.
Aunque los Júpiter súper calientes son inhabitables, este tipo de investigación ayuda a abrir el camino para comprender mejor las atmósferas de los planetas terrestres potencialmente habitables. “Si no podemos averiguar qué sucede en los Júpiter supercalientes donde tenemos datos de observación sólidos y fiables, no tendremos la oportunidad de averiguar qué sucede en espectros más débiles al observar exoplanetas terrestres”, dijo Lothringer. “Esta es una prueba de que nuestras técnicas nos permiten desarrollar una comprensión general de las propiedades físicas, como la formación de nubes y la estructura atmosférica”.
El Telescopio Espacial Hubble es un proyecto de cooperación internacional entre la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea). El Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland, administra el telescopio. El Space Telescope Science Institute (STScI) en Baltimore, Maryland, lleva a cabo las operaciones científicas del Hubble. STScI es operado para la NASA por la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía, en Washington, D.C.
El telescopio espacial Hubble de la NASA, ha fotografiado la formación de un protoplaneta similar a Júpiter mediante lo que los investigadores describen como un “proceso intenso y violento”. Este descubrimiento respalda una teoría debatida durante mucho tiempo sobre cómo se forman los planetas como Júpiter, llamada “inestabilidad del disco”.
El nuevo planeta en formación está incrustado en un disco protoplanetario de polvo y gas con una distintiva estructura espiral, que gira alrededor de una estrella joven que se estima que tiene alrededor de 2 millones de años. Esa es aproximadamente la edad en la que en nuestro sistema solar se estaban formando planetas. (Actualmente, la edad del sistema solar es de 4.600 millones de años).
“La naturaleza es inteligente; puede formar planetas en una variedad de formas diferentes”, dijo Thayne Currie del Telescopio Subaru y Eureka Scientific, e investigador principal del estudio.
Todos los planetas están hechos de material que se originó en un disco circunestelar. La teoría dominante para la formación de planetas jovianos se llama “acreción del núcleo”, un enfoque que sostiene que los planetas inmersos en el disco van creciendo acretando objetos pequeños (con tamaños que van desde granos de polvo hasta cantos rodados) con los que chocan mientras orbitan a su estrella. Este núcleo lentamente va acumulando gas del disco. Por el contrario, el enfoque de inestabilidad del disco es un modelo que sostiene que a medida que se enfría un disco masivo alrededor de una estrella, la gravedad hace que el disco se rompa rápidamente en uno o más fragmentos de masa planetaria.
El planeta recién formado, llamado AB Aurigae b, es probablemente unas nueve veces más masivo que Júpiter y orbita a su estrella anfitriona a una distancia de casi 14.000 millones de kilómetros, más del doble de lejos que de Plutón a nuestro Sol. A esa distancia, llevaría mucho tiempo, si es que llega a ocurrir, que se formara un planeta del tamaño de Júpiter por acreción del núcleo. Esto lleva a los investigadores a concluir que la inestabilidad del disco ha permitido que este planeta se forme a una distancia tan grande. Y está en un marcado contraste con las expectativas de formación de planetas por el modelo de acreción de núcleo ampliamente aceptado.
El nuevo análisis combina datos de dos instrumentos del Hubble: el Imaging Spectrograph del telescopio espacial y la Near Infrared Camera and Multi-Object Spectrograph. Estos datos se compararon con los de un instrumento de imágenes de planetas de última generación llamado SCExAO del Telescopio Subaru de Japón, de 8,2 metros, ubicado en la cumbre de Mauna Kea, Hawái. La gran cantidad de datos de los telescopios espaciales y terrestres resultó fundamental, porque es muy difícil distinguir entre los planetas jóvenes y las características complejas del disco que no están relacionadas con los planetas.
Los investigadores pudieron obtener imágenes directamente del exoplaneta AB Aurigae b en formación, durante un período de 13 años, utilizando el Space Telescope Imaging Spectrograph (STIS) del Hubble y su Near Infrared Camera and Multi-Object Spectrograph (NICMOS). En la parte superior derecha, la imagen NICMOS del Hubble capturada en 2007 muestra a AB Aurigae b en una posición hacia el sur en comparación con su estrella anfitriona, que está cubierta por el coronógrafo del instrumento. La imagen capturada en 2021 por STIS muestra que el protoplaneta se ha movido en sentido antihorario a lo largo del tiempo. Créditos: Ciencia: NASA, ESA, Thayne Currie (Telescopio Subaru, Eureka Scientific Inc.); Procesamiento de imágenes: Thayne Currie (Telescopio Subaru, Eureka Scientific Inc.), Alyssa Pagan (STScI).
“Interpretar este sistema es extremadamente desafiante”, dijo Currie. “Esta es una de las razones por las que necesitábamos el Hubble para este proyecto: una imagen limpia para separar mejor la luz del disco y de cualquier planeta”.
La propia naturaleza también nos ayudó: el vasto disco de polvo y gas que gira alrededor de la estrella AB Aurigae está inclinado casi de frente respecto a nuestra perspectiva desde la Tierra.
Currie enfatizó que la longevidad del Hubble ha desempeñado un papel importante en ayudar a los investigadores a medir la órbita del protoplaneta. Originalmente se consideraba de manera escéptica que AB Aurigae b fuera un planeta. Los datos de archivo del Hubble, combinados con imágenes de Subaru, demostraron ser un punto de inflexión para cambiar de opinión.
“No pudimos detectar este movimiento en el orden de uno o dos años”, dijo Currie. “Hubble proporcionó una línea base de tiempo, combinada con datos de Subaru, de 13 años, que fue suficiente para poder detectar el movimiento orbital”.
“Este resultado aprovecha las observaciones terrestres y espaciales y podemos retroceder en el tiempo con las observaciones de archivo del Hubble”, agregó Olivier Guyon de la Universidad de Arizona, Tucson, y el Telescopio Subaru, Hawái. “AB Aurigae b ahora se ha analizado en múltiples longitudes de onda y ha surgido una imagen consistente, una que es muy sólida”.
“Este nuevo descubrimiento es una fuerte evidencia de que algunos planetas gigantes gaseosos pueden formarse por el mecanismo de inestabilidad del disco”, enfatizó Alan Boss, de la Carnegie Institution of Science en Washington, DC. “Al final, la gravedad es todo lo que cuenta, ya que los restos del proceso de formación de estrellas terminarán siendo atraídos por la gravedad para formar planetas, de una forma u otra”.
Comprender los primeros días de la formación de planetas similares a Júpiter proporciona a los astrónomos un contexto más rico sobre la historia de nuestro propio sistema solar. Este descubrimiento abre el camino para futuros estudios de la composición química de discos protoplanetarios como AB Aurigae, incluso con el Telescopio Espacial James Webb de la NASA.
El Telescopio Espacial Hubble es un proyecto de cooperación internacional entre la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea). El Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland, administra el telescopio. El Space Telescope Science Institute (STScI) en Baltimore, Maryland, lleva a cabo operaciones científicas del Hubble. STScI es operado para la NASA por la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía, en Washington, D.C.
La nave espacial Psyche, en preparación para su lanzamiento en agosto, se ha probado para garantizar que pueda operar en las condiciones extremas a las que se enfrentará en su viaje a un asteroide rico en metales.
Las condiciones que soporta cualquier nave espacial de la NASA son extremas: el violento temblor del lanzamiento de un cohete, el golpe al separarse del vehículo de lanzamiento, las extremas fluctuaciones de temperatura en función de la incidencia de los rayos del sol o el implacable vacío del espacio.
Antes del lanzamiento, los ingenieros hacen todo lo posible para replicar estas duras condiciones en una rigurosa serie de pruebas que garanticen que la nave espacial pueda soportarlas. La nave espacial Psyche de la NASA acaba de completar las pruebas electromagnéticas, de vacío térmico, de vibración, de choque y acústicas, en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la agencia, en el sur de California. Psyche se consideró en perfecto estado y lista para proceder a su lanzamiento.
“Esto es el testigo de que todos han hecho bien su trabajo. No solo aquellos que han llevado el hardware de vuelo a las operaciones de ensamblaje, prueba y lanzamiento [ATLO], sino también el equipo de ATLO para montarlo todo”, dijo Randy Lindemann, la ingeniera de JPL que supervisó las pruebas dinámicas de Psyche, que incluyen vibración, impacto de separación y pruebas acústicas. “Las pruebas muestran que sí, la nave espacial es digna de volar”.
Esta primavera, la nave espacial será enviada desde el JPL al Kennedy Space Center de la NASA, en Florida, donde se preparará para su lanzamiento desde Cabo Cañaveral. El período de lanzamiento se abre el 1 de agosto; nueve meses después de abandonar la atmósfera terrestre, Psyche navegará más allá de Marte. Utilizará la fuerza gravitacional del Planeta Rojo para propulsarlo hacia su objetivo, un asteroide rico en metales, también llamado Psyche, que se encuentra en el cinturón principal de asteroides.
Es un viaje de, aproximadamente, 2.400 millones de kilómetros. La nave espacial llegará al asteroide en 2026 y pasará 21 meses recopilando datos científicos a través de órbitas que irán haciéndose progresivamente más bajas. Los científicos creen que el asteroide puede estar constituido en gran parte por metal del núcleo de un planetesimal, una pieza elemental en el proceso de formación de los planetas rocosos de nuestro sistema solar. Obtener más conocimiento al respecto podrá indicarnos cómo se formó nuestro propio planeta.
La nave espacial Psyche de la NASA en la cámara de vacío ultra resistente en el Jet Propulsion Laboratory de la agencia, en el sur de California. Créditos: NASA/JPL-Caltech.
Poniendo a prueba a Psyche
Para estudiar el asteroide, primero el orbitador tiene que llegar allí, razón por la cual las pruebas son tan críticas. Los ingenieros llaman a este régimen particular “pruebas ambientales”, ya que la nave espacial se somete a una simulación del entorno hostil en el que tendrá que sobrevivir.
La evaluación comenzó en diciembre con pruebas electromagnéticas para garantizar que la nave espacial funcione correctamente en las condiciones eléctricas y magnéticas del espacio, y que los componentes eléctricos y magnéticos que componen la nave espacial sean compatibles y no interfieran entre sí.
Luego, el equipo hizo rodar la nave espacial en la cámara de vacío ultra resistente del JPL, de 26 por 8 metros de envergadura, para pruebas de vacío térmico (TVAC). Todo el aire se extrajo de la cámara para replicar el vacío del espacio. Esta prueba asegura que las naves espaciales puedan sobrevivir al vacío del espacio y ayuda a los ingenieros a ver cómo la nave espacial se calienta y se enfría sin el movimiento del aire que pueda ayudar a regular la temperatura.
“Aquí en la Tierra, cuando tienes aire alrededor de la nave espacial, cambia la forma en la que el calor se mueve a su alrededor. Imagínate tener un ventilador soplando sobre ti, cambiando tu temperatura. En el espacio, no tenemos ese tipo de movimiento de calor”, dijo Kristina Hogstrom, ingeniera de sistemas de vuelo del JPL que ayudó a dirigir las pruebas de TVAC de Psyche.
Las temperaturas alrededor de la nave espacial fluctuarán enormemente. El hardware estará caliente en las horas posteriores al lanzamiento, cuando todavía esté cerca de la Tierra y mirando hacia el Sol, especialmente con sus componentes electrónicos en funcionamiento. Más tarde, cuando la nave espacial se aleje del Sol, se enfrentará a un frío intenso, especialmente cuando vuele en la sombra del asteroide.
Durante 18 días de pruebas TVAC, los ingenieros expusieron a la nave espacial a las condiciones más frías y cálidas que experimentará en vuelo, para demostrar que es capaz de regular su propia temperatura. El orbitador tiene persianas que se abren y cierran, mantas aislantes, calentadores eléctricos y una red de tuberías que transportan fluidos para mover el calor. Ttodos estos dispositivos se prueban para asegurarse de que funcionarán en vuelo.
TVAC no es solo una prueba de resistencia; los datos sobre el rendimiento de la nave espacial ayudan a que los ingenieros refinen los modelos que usarán cuando Psyche esté en vuelo, para que puedan comprender mejor cómo funciona la nave espacial.
Después de la agitada experiencia de Psyche en la cámara TVAC, llegaron las pruebas dinámicas, que incluyeron vibración, impacto y acústica. En las pruebas de vibración, la nave espacial se sacude repetidamente, hacia arriba y hacia abajo y de lado a lado. Las pruebas de choque aseguran que la nave espacial no se dañará por el gran impulso que recibirá el orbitador cuando se separe del cohete, después del lanzamiento.
Finalmente, las pruebas acústicas verifican que Psyche puede soportar el ruido del lanzamiento, ya que el estruendo del cohete es tan fuerte que puede dañar el hardware si la nave espacial no es lo suficientemente resistente.
Más información de la misión Psyche
La Universidad Estatal de Arizona lidera la misión Psyche. El JPL es responsable de la gestión general de la misión, la ingeniería del sistema, la integración y las pruebas y las operaciones de la misión. Maxar Technologies en Palo Alto, California, proporcionó el chasis de la nave espacial de propulsión eléctrica solar de alta potencia.
El JPL también está proporcionando un instrumento de demostración de tecnología, llamado Deep Space Optical Communications, que viajará a bordo de Psyche para probar comunicaciones láser de alta velocidad de datos, que podrían ser utilizadas por futuras misiones de la NASA.
Psyche es la decimocuarta misión seleccionada como parte del Discovery Program de la NASA.
Un nuevo estudio basado en grabaciones realizadas por el rover encuentra que la velocidad del sonido es más lenta en el Planeta Rojo que en la Tierra y que, principalmente, prevalece un profundo silencio.
En los sonidos grabados por el rover Perseverance de la NASA se aprecia el gemido mecánico del rover, el chasquido de un ligero viento marciano, el zumbido de los rotores de Ingenuity (el helicóptero de Marte) y el golpe crepitante del láser que rompe rocas.
El conjunto de sonidos que se reproducen en este vídeo capturado en Marte por el rover Perseverance de la NASA incluye el de una herramienta de eliminación de polvo para el análisis de rocas, el del helicóptero Ingenuity Mars y el del impacto de un láser en las rocas. Un nuevo estudio de algunos de esos sonidos, capturados principalmente por el micrófono SuperCam del rover durante los primeros 216 días marcianos de la misión, revela cómo el sonido difiere en Marte respecto a la Tierra. Créditos: NASA/JPL-Caltech.
Un equipo internacional de científicos ha realizado el primer análisis de acústica en el Planeta Rojo. Su nuevo estudio revela la velocidad a la que viaja el sonido a través de la extremadamente fina atmósfera (compuesta principalmente por dióxido de carbono), para conocer cómo podría sonar Marte a oídos humanos y cómo los científicos pueden usar esas grabaciones de audio para estudiar los sutiles cambios que se producen en la presión del aire en otro planeta y, así mismo, para medir la salud del rover.
“Es un nuevo tipo de investigación que nunca antes habíamos usado en Marte”, dijo Sylvestre Maurice, astrofísico de la Universidad de Toulouse, en Francia, y autor principal del estudio. “Espero que traigan muchos descubrimientos, utilizando la atmósfera como fuente de sonido y medio de propagación”.
La mayoría de los sonidos del estudio, publicado el 1 de abril en la revista Nature, se grabaron con el micrófono de la SuperCam de Perseverance, instalada en la cabeza del mástil del rover. El estudio también cuenta con los sonidos grabados por otro micrófono montado en el chasis del rover. Este segundo micrófono registró recientemente las bocanadas y los pitidos de la herramienta de eliminación de polvo del rover, o gDRT, que expulsa las virutas de las rocas que el rover ha raspado para examinar.
El resultado de las grabaciones ha proporcionado una nueva comprensión de las extrañas características de la atmósfera marciana, donde la velocidad del sonido es más lenta que en la Tierra y varía con el tono (o la frecuencia). En la Tierra, los sonidos normalmente viajan a 343 metros por segundo. En Marte, los sonidos de tono bajo viajan a unos 240 metros por segundo, mientras que los sonidos de tono más alto se mueven a 250 metros por segundo.
La variabilidad en las velocidades del sonido en el Planeta Rojo es un efecto de la delgada y fría atmósfera de dióxido de carbono. Antes de la misión, los científicos esperaban que la atmósfera de Marte influyera en la velocidad del sonido, pero el fenómeno nunca se había observado hasta que se realizaron estas grabaciones. Otro efecto de esta tenue atmósfera es que los sonidos se transmiten a corta distancia y los tonos más agudos casi no se transmiten. En la Tierra, el sonido puede disminuir después de unos 65 metros; en Marte sucede a solo 8 metros, y los sonidos agudos se pierden por completo a esa distancia.
Las grabaciones del micrófono de SuperCam también revelan variaciones de presión no observadas previamente, producidas por turbulencias en la atmósfera marciana a medida que su energía cambia a pequeña escala. También se midieron, por primera vez, ráfagas de viento marciano en periodos de tiempo muy cortos.
Una de las características más llamativas de las grabaciones de sonido, dijo Maurice, es el silencio que parece prevalecer en Marte. “En algún momento, pensamos que el micrófono estaba roto, estaba tan silencioso…”, añadió.
“Marte es muy tranquilo debido a la baja presión atmosférica”, dijo Baptiste Chide del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, también coautor del estudio. “Pero la presión en Marte cambia con las estaciones”.
Eso significa que, en los próximos meses de otoño marcianos, Marte podría volverse más ruidoso y proporcionar aún más información sobre su aire y clima.
“Estamos entrando en una temporada de alta presión”, dijo Chide. “Tal vez el entorno acústico en Marte sea menos silencioso que cuando aterrizamos”.
Los sonidos de la mision
El equipo acústico también estudió lo que captó el micrófono SuperCam de los rotores dobles giratorios de Ingenuity, el helicóptero de Marte, que es el compañero de viaje y explorador aéreo del rover. Girando a 2.500 revoluciones por minuto, los rotores producen “un sonido distintivo y de tono bajo a 84 hercios”, dijo Maurice, refiriéndose a la medida acústica estándar de vibraciones por segundo y la velocidad de rotación de ambos rotores.
Por otro lado, cuando el láser de SuperCam, que vaporiza trozos de roca a distancia para estudiar su composición, golpea un objetivo, produce chispas que crean un ruido agudo por encima de los 2 kilohercios.
Estudiar los sonidos grabados por los micrófonos del rover no solo revela detalles de la atmósfera marciana, sino que también ayuda a los científicos e ingenieros a evaluar la salud y el funcionamiento de los muchos sistemas del rover, de la misma manera que uno podría notar un ruido molesto al conducir un coche.
Mientras tanto, el instrumento clave del estudio, el micrófono de SuperCam, sigue superando las expectativas.
“El micrófono ahora se usa varias veces al día y funciona extremadamente bien; su rendimiento general es mejor que lo que habíamos modelado e incluso probado en un entorno similar a Marte en la Tierra”, dice David Mimoun, profesor del Institut Supérieur de l’Aéronautique et de l’Espace (ISAE-SUPAERO) y líder del equipo que desarrolló el experimento del micrófono. “Incluso pudimos grabar el zumbido del helicóptero de Marte a larga distancia”.
A menudo, una telaraña evoca la idea de una presa capturada que pronto será consumida por un depredador que espera. Sin embargo, en el caso del protocúmulo “Spiderweb”, los objetos que se encuentran dentro de una red cósmica gigante están celebrando y creciendo, según datos del Observatorio de rayos X Chandra de la NASA.
La galaxia Spiderweb, conocida oficialmente como J1140-2629, se apodó de esta manera debido a su parecido con una telaraña en algunas imágenes de luz óptica. Esta semejanza se puede ver en el cuadro insertado donde los datos del Telescopio Espacial Hubble de la NASA muestran galaxias en naranja, blanco y azul, y los datos de Chandra aparecen en púrpura. Ubicada a unos 10.600 millones de años luz de la Tierra, la galaxia Spiderweb se encuentra en el centro de un protocúmulo, una colección creciente de galaxias y gas que se convertirá en un cúmulo de galaxias.
Para buscar agujeros negros en crecimiento en el protocúmulo Spiderweb, un equipo de investigadores lo observó con Chandra durante más de ocho días. En el panel principal de este gráfico, una imagen compuesta del protocúmulo Spiderweb muestra rayos X detectados por Chandra (también en púrpura), que se combinaron con datos ópticos del telescopio Subaru en Mauna Kea, en Hawai (en rojo, verde y blanco)).
La mayoría de las “manchas” que se perciben en la imagen óptica son galaxias del protocúmulo, incluidas 14 que se han detectado en la nueva imagen profunda de Chandra. Estas fuentes de rayos X revelan la presencia de material que está cayendo hacia agujeros negros supermasivos que contienen cientos de millones de veces más masa que el Sol. El protocúmulo Spiderweb existe en una época del universo a la que los astrónomos se refieren como “mediodía cósmico”. Los científicos descubrieron que durante este tiempo, aproximadamente 3 mil millones de años después del Big Bang, los agujeros negros y las galaxias experimentaron un crecimiento extremo.
La telaraña parece estar excediendo los elevados estándares incluso de este período activo en el Universo. Las 14 fuentes detectadas por Chandra implican que alrededor del 25% de las galaxias más masivas contienen agujeros negros en crecimiento activo. Esto es entre cinco y veinte veces mayor que la fracción encontrada en otras galaxias de edad similar y con, aproximadamente, el mismo rango de masas.
Estos resultados sugieren que algunos factores ambientales son responsables de la gran cantidad de agujeros negros de rápido crecimiento en el protocúmulo Spiderweb. Una causa puede ser que una alta tasa de colisiones e interacciones entre galaxias esté arrastrando gas hacia los agujeros negros en el centro de cada galaxia, proporcionando grandes cantidades de material para consumir. Otra explicación es que el protocúmulo todavía contiene grandes cantidades de gas frío que un agujero negro consume más fácilmente que el gas caliente (este gas frío se calentaría a medida que el protocúmulo se convierte en un cúmulo de galaxias).
Un estudio detallado de los datos del Hubble podrá proporcionar pistas importantes sobre las razones de la gran cantidad de agujeros negros de rápido crecimiento en el protocúmulo Spiderweb. Extender este trabajo a otros protocúmulos también requerirá de la nítida visión de rayos X de Chandra.
Un artículo que describe estos resultados ha sido aceptado para su publicación en la revista Astronomy and Astrophysics, y la versión preliminar ya está disponible aquí. El primer autor es Paolo Tozzi del Instituto Nacional de Astrofísica en Arcetri, Italia.
El Marshall Space Flight Center de la NASA administra el programa Chandra. El Smithsonian Astrophysical Observatory’s Chandra X-ray Center controla las operaciones científicas desde Cambridge, Massachusetts, y las operaciones de vuelo desde Burlington, Massachusetts.
El 30 de marzo de 2022, el Sol emitió una significativa llamarada solar, alcanzando su punto máximo a la 1:35 p.m. EST. El Solar Dynamics Observatory de la NASA, que observa constantemente el Sol, capturó una imagen del suceso.
Las llamaradas solares son poderosas explosiones de energía. Las llamaradas y las erupciones solares pueden afectar a las comunicaciones por radio, a las redes de energía eléctrica, a las señales de navegación y suponer un riesgo para las naves espaciales y los astronautas.
Esta llamarada está clasificada como una llamarada Clase X. La Clase X denota los destellos más intensos, mientras que el número proporciona más información sobre su fuerza. Un X2 es dos veces más intenso que un X1, un X3 es tres veces más intenso, y así sucesivamente.
Más información sobre cómo se clasifican las llamaradas aquí.
Para ver cómo dicho clima espacial puede afectar a la Tierra, el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA en https://spaceweather.gov/, es la fuente oficial del gobierno de E.E.U.U. de pronósticos, advertencias y alertas del clima espacial.
La NASA observa el Sol y nuestro entorno espacial constantemente con una flota de naves espaciales que estudian todo, desde la actividad del Sol hasta la atmósfera solar y las partículas y campos magnéticos en el espacio que rodean a la Tierra.
El telescopio espacial Hubble de la NASA ha marcado un nuevo y fascinante hito: detectar la luz de una estrella que existió dentro de los primeros mil millones de años tras el nacimiento del universo en el big bang, es la estrella más lejana que se ha visto hasta la fecha.
El record anterior a este hallazgo, fue detectado por el Hubble en 2018. Esa estrella existía cuando el universo tenía unos 4.000 millones de años, o el 30 por ciento de su edad actual, en un momento al que los astrónomos se refieren como “desplazamiento al rojo 1,5”. Los científicos usan la palabra “desplazamiento hacia el rojo” porque a medida que el universo se expande, la luz de los objetos distantes se estira o “desplaza” a longitudes de onda más largas y rojas, a medida que viaja hacia nosotros.
La estrella recién detectada está tan lejos que su luz ha tardado 12.900 millones de años en llegar a la Tierra, y se nos aparece como cuando el universo tenía solo el 7 por ciento de su edad actual, con un corrimiento al rojo de 6,2. Los objetos más pequeños vistos anteriormente a una distancia tan grande son cúmulos de estrellas, incrustados dentro de las primeras galaxias.
“Casi no lo creímos al principio, estaba mucho más lejos que la estrella anteriormente detectada de mayor corrimiento al rojo”, dijo el astrónomo Brian Welch de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, autor principal del artículo que describe el descubrimiento, que se publicó en la revista Nature del 30 de marzo. El descubrimiento se realizó a partir de los datos recopilados durante el programa RELICS (Reionization Lensing Cluster Survey) del Hubble, dirigido por el coautor Dan Coe del Space Telescope Science Institute (STScI), también en Baltimore.
“Normalmente, a estas distancias, las galaxias enteras se ven como pequeñas manchas, con la luz mezclada de millones de estrellas”, dijo Welch. “La galaxia que alberga esta estrella ha sido magnificada y distorsionada por lentes gravitacionales en una larga media luna que llamamos Arco del Amanecer”.
Después de estudiar la galaxia en detalle, Welch determinó que una fracción resultaba ser una estrella extremadamente magnificada a la que llamó Earendel, que significa “estrella de la mañana” en inglés antiguo. El descubrimiento promete abrir una era inexplorada de formación estelar muy temprana.
Esta imagen detallada destaca la posición de la estrella Eärendel a lo largo de una onda en el espacio-tiempo (línea punteada) que la amplía y hace posible que la estrella se detecte a una distancia tan grande de casi 13.000 millones de años luz. También se indica un cúmulo de estrellas que se refleja a ambos lados de la línea de aumento. La distorsión y la ampliación son creadas por la masa de un enorme cúmulo de galaxias ubicado entre Hubble y Eärendel. La masa del cúmulo de galaxias es tan grande que deforma el tejido del espacio, y mirar a través de ese espacio, es como mirar a través de una lupa: a lo largo del borde del cristal o lente, la apariencia de las cosas del otro lado se deforma así como se magnifica. Créditos: Ciencia: NASA, ESA, Brian Welch (JHU), Dan Coe (STScI); Procesamiento de imágenes: NASA, ESA, Alyssa Pagan (STScI).
“Earendel existió hace tanto tiempo que es posible que no haya tenido las mismas materias primas que las estrellas que nos rodean hoy”, explicó Welch. “Estudiar a Eärendel será una ventana a una era del universo con la que no estamos familiarizados, pero que ha conducido a todo lo que conocemos. Es como si hubiéramos estado leyendo un libro muy interesante, pero que hubiéramos empezado con el segundo capítulo, y ahora tendremos la oportunidad de ver cómo comenzó todo”, dijo Welch.
Cuando las estrellas se alinean
El equipo de investigación estima que Eärendel tiene al menos 50 veces la masa de nuestro Sol y es millones de veces más brillante, rivalizando con las estrellas más masivas conocidas. Pero incluso una estrella tan brillante y de gran masa sería imposible de ver a una distancia tan grande sin la ayuda del aumento natural de un enorme cúmulo de galaxias, WHL0137-08, que se encuentra entre nosotros y Eärendel. La masa del cúmulo de galaxias deforma el tejido del espacio, creando una poderosa lupa natural que distorsiona y amplifica enormemente la luz de los objetos distantes que se encuentran detrás de él, bajo nuestro punto de observación.
Gracias a la rara alineación con el cúmulo de galaxias que proporcionaron el aumento, la estrella Eärendel aparece directamente, o muy cerca de una onda en el tejido del espacio. Esta ondulación, que se define en óptica como “cáustica”, proporciona el máximo aumento y brillo. El efecto es análogo a la superficie ondulada de una piscina que crea patrones de luz brillantes en el fondo de la piscina en un día soleado. Las ondas en la superficie actúan como lentes y enfocan la luz del sol en máximo brillo en el fondo de la piscina.
Esta cáustica hace que la estrella Eärendel sobresalga del resplandor general de su galaxia de origen. Su brillo se magnifica mil veces o más. En este punto, los astrónomos no pueden determinar si Eärendel es una estrella binaria, aunque la mayoría de las estrellas masivas tienen al menos una estrella compañera más pequeña.
Confirmación con Webb
Los astrónomos esperan que Eärendel permanezca muy ampliada en los próximos años. Se observará con el telescopio espacial James Webb de la NASA. Se necesita la alta sensibilidad de Webb a la luz infrarroja para aprender más sobre Eärendel, porque su luz se estira (desplaza hacia el rojo) a longitudes de onda infrarrojas más largas debido a la expansión del universo.
“Con Webb, esperamos confirmar que Earendel es una estrella, así como medir su brillo y temperatura”, dijo Coe. Estos detalles acotarán su tipo y etapa en el ciclo de vida estelar. “También esperamos encontrar que la galaxia Sunrise Arc carece de elementos pesados que se forman en las generaciones posteriores de estrellas. Esto sugeriría que Earendel es una estrella rara, masiva y pobre en metales”, dijo Coe.
La composición de Eärendel será de gran interés para los astrónomos, porque se formó antes de que el universo se llenara con los elementos pesados producidos por sucesivas generaciones de estrellas masivas. Si los estudios de seguimiento encuentran que Eärendel solo se compone de hidrógeno y helio primordiales, sería la primera evidencia de las legendarias estrellas de Población III, que se supone que son las primeras estrellas nacidas después del Big Bang. Si bien la probabilidad es pequeña, Welch admite que es intrigante de todos modos.
“Con Webb, podremos ver estrellas incluso más lejos que Earendel, lo que será increíblemente emocionante”, dijo Welch. “Iremos tan atrás en el tiempo como podamos. Me encantaría ver a Webb batir el récord de distancia de Eärendel”.
Créditos: Goddard Space Flight Center de la NASA, Productor principal: Paul Morris.
El Telescopio Espacial Hubble es un proyecto de cooperación internacional entre la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea). El Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland, administra el telescopio. El Space Telescope Science Institute (STScI) en Baltimore, Maryland, lleva a cabo operaciones científicas del Hubble. STScI es operado para la NASA por la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía en Washington, D.C.