‘El Águila ha aterrizado’. Cuando el hombre puso el pie por primera vez en la Luna, la primera en enterarse fue Madrid. La Estación de Fresnedillas de la Oliva para vuelos espaciales tripulados (MSFN), se encontraba en esos momentos en la vertical con nuestro satélite y era el centro que estaba recibiendo las comunicaciones con los astronautas. Ese 20 de julio de 1969, Carlos González Pintado (Adiós a Carlos González Pintado, el ingeniero español que oyó primero las palabras de Neil Armstrong desde la Luna | Ciencia), fuel el único ingeniero español en recibir la palabras del Apolo 11. Desde ahí la noticia pasó a Houston. Y al resto del mundo.
Ahora, la NASA cumple 60 años en España. Nuestro país y Estados Unidos llevan décadas cooperando en materia espacial y uno de los frutos de esta colaboración es el Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de Madrid, en Robledo de Chavela, instalación de antenas de la NASA para el seguimiento de vehículos y sondas espaciales.
Este lunes 21 de octubre, autoridades españolas y estadounidenses y algunos de los científicos que dirigen la NASA se han reunido en la instalación madrileña, coronada por una majestuosa antena de 70 metros de diámetro (DSS63), para celebrar seis décadas de colaboración y brindar por las que vienen, aseguradas tras la renovación de los acuerdos de cooperación el pasado 10 de junio.
El Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de la NASA (MDSCC, por sus siglas en inglés) tuvo su origen en 1964 cuando España, el Gobierno de Estados Unidos, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y la NASA firmaron un acuerdo para que Madrid albergase uno los tres centros que integran la Red de control del Espacio Profundo.
Los otros están en Canberra (Australia) y Goldstone (California); y entre los tres, separados entre ellos por 120 grados de longitud, permiten que los vehículos espaciales puedan mantener contacto en todo momento con alguna estación de la NASA, independientemente del movimiento diario de rotación de la Tierra.
Como parte de la celebración, todos los trabajadores (jubilados y en activo) fueron invitados a un aperitivo, que compartieron con el personal de NASA y JPL. Acabaron con una preciosa foto de familia.