El equipo de InSight está tomando medidas para ayudar a que el módulo de aterrizaje alimentado por energía solar continúe funcionando durante el mayor tiempo posible.
La misión InSight de la NASA, que se espera que finalice en un futuro cercano, experimentó recientemente una disminución en el nivel de energía generado por sus paneles solares debido a que una tormenta de polvo del tamaño de un continente, se arremolina sobre el hemisferio sur de Marte. Observada por primera vez el 21 de septiembre de 2022 por el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA, la tormenta que inicialmente tuvo poco impacto en el módulo de aterrizaje, se encuentra aproximadamente a 3.500 kilómetros de InSight.
El nivel de energía del módulo de aterrizaje, que ha ido disminuyendo constantemente a medida que se acumulaba polvo en sus paneles solares, se analiza atentamente. Para el lunes 3 de octubre, la tormenta había crecido lo suficiente y levantaba tanto polvo que el espesor de la neblina de polvo en la atmósfera marciana había aumentado en casi un 40 % alrededor de InSight. Con menos luz solar llegando a los paneles del módulo de aterrizaje, su energía cayó de 425 vatios-hora por día marciano, o sol, a solo 275 vatios-hora por sol.
El sismómetro de InSight ha estado funcionando durante aproximadamente 24 horas cada dos días marcianos. Pero la caída de la energía solar no provee de energía suficiente para cargar completamente las baterías cada día (o sol). Al ritmo actual de carga, el módulo de aterrizaje solo podría operar durante varias semanas. Es por ello que para conservar energía, la misión apagará el sismómetro de InSight durante las próximas dos semanas.
“Estábamos en el último peldaño de nuestra escalera en lo que respecta a la energía. Ahora estamos en la planta baja”, dijo el gerente de proyecto de InSight, Chuck Scott, del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en el sur de California. “Si podemos superar esto, podemos seguir operando hasta el invierno, pero me preocuparía la próxima tormenta que se avecina”.
El equipo había estimado que la misión de InSight terminaría en algún momento entre finales de octubre de este año y enero de 2023, según las predicciones de cuánto reducirá el polvo, en sus paneles solares, su generación de energía. El módulo de aterrizaje superó hace mucho tiempo su misión principal y ahora está cerca del final de su prolongación de misión, realizando estudios científicos “extra”, midiendo marsquakes, que revelan detalles sobre el interior del Planeta Rojo.
Estudiando las tormentas marcianas
Hay indicios de que esta gran tormenta regional ha alcanzado su punto máximo y ha entrado en su fase de descomposición: el instrumento Mars Climate Sounder del MRO, que mide el calentamiento causado por la luz solar que absorbe el polvo, ha detectado que el crecimiento de la tormenta se está desacelerando. Y las nubes que levantan polvo, observadas en las imágenes de la cámara Mars Color Imager del orbitador (que crea mapas diarios del Planeta Rojo y fue el primer instrumento para detectar la tormenta), no se están expandiendo tan rápido como antes.
Esta es la tercera tormenta de este tipo que se ha observado este año. De hecho, las tormentas de polvo de Marte ocurren en todo momento del año marciano, aunque en mayor cantidad, y las más grandes, ocurren durante el otoño e invierno del norte, que en este momento está llegando a su fin.
Las tormentas de polvo de Marte no son tan violentas como las retrata Hollywood. Aunque los vientos pueden alcanzar los 97 kilómetros por hora, el aire marciano es lo suficientemente tenue como para tener solo una fracción de la fuerza de las tormentas de la Tierra. En su mayoría, las tormentas son desordenadas: arrojan polvo a la atmósfera, que vuelve a caer lentamente, a veces tardando semanas.
En raras ocasiones, los científicos han visto cómo las tormentas de polvo se convertían en eventos que rodearan el planeta y que cubrieran casi todo Marte. Una de estas tormentas globales de polvo acabó con la energía generada por paneles solares del rover Opportunity de la NASA en 2018, dando por finalizada la misión.
Debido a que funcionan con energía nuclear, los rovers Curiosity y Perseverance de la NASA no son inmunes a las tormentas de polvo en términos de generación energética. Sin embargo, el helicóptero Ingenuity, que sí depende de la energía solar, ha notado el aumento general de la neblina.
Además de monitorear las tormentas para la seguridad de las misiones de la NASA en la superficie marciana, el MRO lleva 17 años obteniendo datos sobre cómo y por qué se forman estas tormentas. “Estamos tratando de capturar los patrones de estas tormentas para poder predecir mejor cuándo están a punto de ocurrir”, dijo Zurek. “Aprendemos más sobre la atmósfera de Marte con cada una que observamos”.
Más sobre la misión
El Jet Propulsion Laboratory de la NASA, una división de Caltech en Pasadena (California), administra InSight para la Science Mission Directorate de la agencia, en Washington. InSight es parte del Discovery Program de la NASA, administrado por el Marshall Space Flight Center de la agencia en Huntsville (Alabama). Lockheed Martin Space, en Denver, construyó la nave espacial InSight, su etapa de crucero y módulo de aterrizaje, y apoya las operaciones de la nave espacial para la misión.
Varios colaboradores europeos, como el Centre National d’Études Spatiales (CNES) de Francia y el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), están apoyando la misión InSight. El CNES proporcionó el instrumento Seismic Experiment for Interior Structure (SEIS) a la NASA, con el investigador principal en IPGP (Institut de Physique du Globe de Paris). Las contribuciones significativas para SEIS provinieron de IPGP; el Max Planck Institute for Solar System Research (MPS) en Alemania; el Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH Zurich) en Suiza; el Imperial College London y la Oxford University en el Reino Unido; y el JPL. El DLR proporcionó el instrumento Heat Flow and Physical Properties Package (HP3), con contribuciones significativas del Centro de investigación espacial (CBK) de la Academia de Ciencias de Polonia y Astronika en Polonia. El Centro de Astrobiología (CAB) de España suministró los sensores de temperatura y viento.
El JPL también administra el MRO y su instrumento Mars Climate Sounder para la Science Mission Directorate de la NASA, en Washington. Lockheed Martin Space construyó el MRO. La cámara Mars Climate Imager, o MARCI, fue construida y es administrada por Malin Space Science Systems en San Diego.
Noticia original (en inglés)
Edición: R. Castro.