Se espera que el polvo que cubre los paneles solares y la menor cantidad de luz solar, pongan fin a la misión a finales de este año.
El módulo de aterrizaje InSight Mars de la NASA está perdiendo potencia progresivamente y se prevé que deje de realizar operaciones científicas a finales de este verano. Para diciembre, el equipo de InSight espera que el módulo de aterrizaje haya dejado de funcionar, concluyendo una misión que hasta el momento ha detectado más de 1.300 terremotos marcianos; el más reciente (de magnitud 5) tuvo lugar el 4 de mayo y ayudó a localizar las regiones del Planeta Rojo más propensas a sufrir terremotos.
La información recopilada de esos terremotos ha permitido a los científicos medir la profundidad y la composición de la corteza, el manto y el núcleo de Marte. Además, InSight (acrónimo de Interior Exploration using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport) ha registrado datos meteorológicos importantes y ha estudiado los restos del antiguo campo magnético de Marte.
“InSight ha transformado nuestro conocimiento del interior de los planetas rocosos y ha preparado el escenario para futuras misiones”, dijo Lori Glaze, directora de la Planetary Science Division de la NASA. “Podemos aplicar lo que hemos aprendido sobre la estructura interna de Marte a la Tierra, la Luna, Venus e incluso a los planetas rocosos de otros sistemas solares”.
Créditos: NASA/JPL-Caltech.
InSight aterrizó en Marte el 26 de noviembre de 2018. Equipado con un par de paneles solares que miden 2,2 metros de ancho cada uno, fue diseñado para conseguir los objetivos científicos principales de la misión durante su primer año en Marte (casi dos años terrestres). Habiéndolos logrado, actualmente la nave espacial se encuentra en una misión extendida, a pesar de que sus paneles solares han estado produciendo menos energía debido a que van acumulando polvo progresivamente.
Debido a la disminución de potencia, el equipo pondrá por última vez el brazo robótico del módulo de aterrizaje en su posición de descanso (llamada “postura de retiro”) a finales de este mes. Originalmente estaba destinado a desplegar el sismómetro y la sonda de calor del módulo de aterrizaje, pero el brazo ha jugado un papel inesperado en la misión: además de usarlo para ayudar a enterrar la sonda de calor después de que el suelo marciano presentara resitencias para introducirla, el equipo utilizó el brazo de una forma innovadora para eliminar el polvo de los paneles solares. Como resultado, el sismómetro pudo operar con más frecuencia de lo que lo hubiera hecho de otra manera, lo que permitió nuevos descubrimientos.
Cuando InSight aterrizó, los paneles solares produjeron alrededor de 5000 vatios-hora cada día marciano (o sol), suficiente para alimentar un horno eléctrico durante una hora y 40 minutos. Ahora, están produciendo aproximadamente 500 vatios-hora por sol, suficiente para alimentar el mismo horno eléctrico durante solo 10 minutos.
Además, están comenzando los cambios estacionales en Elysium Planitia, la ubicación de InSight en Marte. Durante los próximos meses, habrá más polvo en el aire, lo que reducirá la luz solar y, por lo tanto, la energía del módulo de aterrizaje. Aunque las tareas anteriores eliminaron algo de polvo, la misión necesitaría un proceso de limpieza de polvo más intenso, como un “remolino de polvo” (un torbellino pasajero), para revertir la tendencia actual.
“Esperábamos una limpieza de polvo como la que vimos varias veces en los rovers Spirit y Opportunity”, dijo Bruce Banerdt, investigador principal de InSight en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA en el sur de California, que dirige la misión. “Eso todavía es posible, pero la energía es lo suficientemente baja como para que nuestro enfoque sea aprovechar al máximo la investigación científica que aún podemos realizar”.
Si solo el 25% de los paneles de InSight fueran barridos por el viento, el módulo de aterrizaje ganaría alrededor de 1000 vatios-hora por sol, lo suficiente para continuar recopilando datos científicos. Sin embargo, al ritmo actual, la energía está disminuyendo rápidamente, los instrumentos no sísmicos de InSight dudosamente se encenderán después de finales de mayo.
Se está priorizando el uso de la energía para el sismómetro del módulo de aterrizaje, que funcionará en momentos seleccionados del día, como por la noche, cuando los vientos son bajos y los terremotos son más fáciles de “escuchar” por el sismómetro. Se espera que el sismómetro esté apagado a finales del verano, concluyendo la fase científica de la misión.
En ese momento, el módulo de aterrizaje todavía tendrá suficiente energía para operar, tomar fotografías ocasionales y comunicarse con la Tierra. Pero el equipo espera que alrededor de diciembre, la energía sea lo suficientemente baja como para que algún día InSight simplemente deje de responder.
Más información sobre InSight
El JPL administra InSight para la Science Mission Directorate de la NASA. InSight es parte del Discovery Program de la NASA, administrado por el Marshall Space Flight Center de la agencia en Huntsville, Alabama. Lockheed Martin Space, en Denver, construyó la nave espacial InSight, incluida su etapa de crucero y módulo de aterrizaje, y apoya las operaciones de la nave espacial para la misión.
Varios socios europeos, incluidos el Centre National d’Études Spatiales (CNES) de Francia y el Deutsches Zentrum für Luft- und Raumfahrt (DLR), están apoyando la misión InSight. El CNES proporcionó el instrumento Seismic Experiment for Interior Structure (SEIS) a la NASA, con el investigador principal en IPGP (Institut de Physique du Globe de París). Las contribuciones significativas para SEIS provinieron del IPGP; el Max Planck Institute for Solar System Research (MPS) en Alemania; el Swiss Federal Institute of Technology (ETH Zurich) en Suiza; el Imperial College London y Oxford University en el Reino Unido; y el JPL. El DLR proporcionó el instrumento Heat Flow and Physical Properties Package (HP3), con contribuciones significativas del Centro de investigación espacial (CBK) de la Academia de Ciencias de Polonia y Astronika en Polonia. El Centro de Astrobiología (CAB) de España proporcionó los sensores de temperatura y viento.
Edición: R. Castro.