Después de analizar los datos recopilados cuando la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA recolectó una muestra del asteroide Bennu en octubre de 2.020, los científicos han descubierto algo sorprendente: la nave espacial se habría hundido en Bennu si no hubiera activado sus propulsores para retroceder inmediatamente después de que capturase el polvo y rocas de la superficie del asteroide.
Resulta que las partículas que componen el exterior de Bennu están tan sueltas y ligeramente unidas entre sí que si una persona pisara a Bennu sentiría muy poca resistencia, como si entrara en un parque infantil de pelotas de plástico.
“Si Bennu fuera totalmente compacto, eso implicaría roca sólida, pero encontramos mucho espacio vacío en la superficie”, dijo Kevin Walsh, miembro del equipo científico OSIRIS-REx del Southwest Research Institute, con sede en San Antonio.
Los últimos hallazgos sobre la superficie de Bennu se publicaron el 7 de julio en un par de artículos en las revistas Science y Science Advances, dirigidos respectivamente por Dante Lauretta (investigador principal de OSIRIS-REx) con sede en la Universidad de Arizona, Tucson y Walsh. Estos resultados se suman a la intriga que ha mantenido a los científicos al borde de sus asientos durante la misión OSIRIS-REx, ya que Bennu ha demostrado ser constantemente impredecible.
El asteroide presentó su primera sorpresa en diciembre de 2018, cuando la nave espacial de la NASA llegó a Bennu. El equipo de OSIRIS-REx encontró una superficie llena de rocas en lugar de la playa de arena suave, que era lo que esperaban según las observaciones de los telescopios terrestres y espaciales. Los científicos también descubrieron que Bennu estaba arrojando partículas de roca al espacio.
Esta vista del asteroide Bennu expulsando partículas de su superficie se obtuvo el 19 de enero de 2019 y se creó combinando dos imágenes tomadas por la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA. También se aplicaron otras técnicas de procesamiento de imágenes, como recortar y ajustar el brillo y el contraste de cada imagen. Créditos: NASA/Goddard/Universidad de Arizona/Lockheed Martin.
“Nuestras expectativas sobre la superficie del asteroide estaban completamente equivocadas”, dijo Lauretta.
El último indicio de que Bennu no era lo que parecía se produjo después de que la nave espacial OSIRIS-REx recogiera una muestra y emitiera a la Tierra impresionantes imágenes en primer plano de la superficie del asteroide. “Lo que vimos fue una enorme pared de escombros que salía del sitio de donde se obtuvo la muestra”, dijo Lauretta.
Los científicos quedaron desconcertados por la abundancia de guijarros esparcidos, dada la suavidad con la que la nave espacial golpeó la superficie. Aún más extraño fue que la nave espacial dejó un gran cráter de 8 metros de ancho. “Cada vez que probamos el procedimiento de recolección de muestras en el laboratorio, apenas hicimos una muesca”, dijo Lauretta. El equipo de la misión decidió enviar la nave espacial de regreso para tomar más fotografías de la superficie de Bennu “para ver las dimensiones del desastre que hicimos”, dijo Lauretta.
El asteroide cercano a la Tierra Bennu, es una pila de escombros de rocas y cantos rodados que quedaron tras la formación del sistema solar. El 20 de octubre de 2020, la nave espacial OSIRIS-REx de la NASA aterrizó brevemente en Bennu y recolectó una muestra para traer a la Tierra. Durante este evento, el brazo de la nave espacial se hundió mucho más de lo esperado en el asteroide, lo que confirma que la superficie de Bennu está débilmente unida. Ahora, los científicos han utilizado datos de OSIRIS-REx para revisar el evento de recolección de muestras y comprender mejor cómo se mantienen unidas las capas superiores de Bennu. Créditos: Goddard Space Flight Center de la NASA/CI Lab/SVS.
Los científicos de la misión analizaron el volumen de escombros visibles en las imágenes de antes y después del sitio de muestra, denominado “Nightingale”. También observaron los datos de aceleración recopilados durante el aterrizaje de la nave espacial. Estos datos revelaron que cuando OSIRIS-REx tocó el asteroide, experimentó la misma cantidad de resistencia, muy poca, que sentiría una persona al apretar el émbolo de una jarra de café de prensa francesa. “Cuando encendimos nuestros propulsores para abandonar la superficie, todavía nos estábamos sumergiendo en el asteroide”, dijo Ron Ballouz, científico de OSIRIS-REx con sede en el Johns Hopkins Applied Physics Laboratory (en Laurel, Maryland).
Ballouz y el equipo de investigación realizaron cientos de simulaciones por ordenador para deducir la densidad y la cohesión de Bennu, en función de las imágenes de la nave espacial y la información de aceleración. Los ingenieros variaron las propiedades de cohesión de la superficie en cada simulación hasta que encontraron la que más se acercaba a los datos de la situación real.
Ahora, esta información precisa sobre la superficie de Bennu puede ayudar a los científicos a interpretar mejor las observaciones remotas de otros asteroides, lo que podría ser útil para diseñar futuras misiones a asteroides y desarrollar métodos para proteger la Tierra de las colisiones de asteroides.
Es posible que asteroides como Bennu, que apenas se mantienen unidos por la gravedad o la fuerza electrostática, puedan romperse en la atmósfera de la Tierra y, por lo tanto, representen un tipo de peligro diferente al de los asteroides sólidos. “Creo que todavía estamos comenzando a comprender qué son estos cuerpos, porque se comportan de formas muy contrarias a la intuición”, dijo Patrick Michel, científico de OSIRIS-REx y director de investigación del Centre National de la Recherche Scientifique en Côte d Observatorio ‘Azur (en Niza, Francia).
Goddard proporciona gestión general de la misión, ingeniería de sistemas y seguridad y garantía de la misión para OSIRIS-REx. Dante Lauretta de la Universidad de Arizona, Tucson, es el investigador principal. La universidad lidera el equipo científico y la planificación de la observación científica y el procesamiento de datos de la misión. Lockheed Martin Space (en Littleton, Colorado) construyó la nave espacial y proporciona operaciones de vuelo. Goddard y KinetX Aerospace son responsables de navegar la nave espacial OSIRIS-REx. OSIRIS-REx es la tercera misión del New Frontiers Program de la NASA, administrado por el Marshall Space Flight Center de la NASA en Huntsville, Alabama, para la Science Mission Directorate de la agencia (en Washington).
En las misiones Artemis de la NASA, solo viajará una nave espacial. Orión, la nave espacial más reciente de la NASA construida para humanos, está diseñada para ser capaz de enviar astronautas a la Luna y es una referencia clave para poder enviarlos en el futuro a Marte.
Una cápsula Orión sin tripulación se probará en la misión Artemis I y viajará 64.000 kilómetros más allá de la Luna, más lejos que cualquier nave espacial que haya sido construida para humanos. Esta misión preparará la misión Artemis II (tripulada) y misiones posteriores, que llevarán a los astronautas a la superficie de la Luna y al Gateway lunar.
La tripulación y el módulo de servicio de Orión llevarán a los astronautas al espacio profundo. El sistema de aborto de lanzamiento (ubicado en la parte superior de la nave espacial) tiene la función de alejar el cohete del módulo de la tripulación con los astronautas en su interior de manera segura en caso de emergencia, y se desechará tras el lanzamiento y ascenso exitoso desde la parte superior del Space Launch System.
Módulo de tripulación
El módulo de tripulación de Orión, a veces denominado cápsula, se nutre de más de 60 años de experiencia en exploración espacial de la NASA. Está construido por el contratista principal Lockheed Martin y puede proporcionar espacio vital en misiones para cuatro astronautas, para hasta 21 días, sin acoplarse a otra nave espacial. Los avances en tecnología para viajes en el espacio profundo, como soporte vital, aviónica, sistemas de energía y protección térmica de última generación, ayudarán a la tripulación durante el lanzamiento, el aterrizaje y la recuperación.
Recipiente a presión
La estructura subyacente del módulo de la tripulación se denomina recipiente a presión. El recipiente a presión consta de siete grandes piezas de aleación de aluminio que se han unido mediante soldadura por fricción en las instalaciones de ensamblaje Michoud de la NASA (en Nueva Orleans). El proceso ha proporcionado una fuerte cápsula hermética pero, a la vez, liviana.
Cápsula Orión en preparación para la misión Artemis I. Créditos: NASA/Rad Sinyak.
Carcasa trasera
Lo que envuelve el recipiente a presión es la cubierta protectora en forma de cono del módulo de la tripulación, conocida como la carcasa trasera, compuesta por un sistema de protección térmica que consta de 1.300 placas. El mosaico está hecho de un material de fibra de sílice similar a los que se usaron durante más de 30 años en el transbordador espacial, y protegerán a la nave tanto del frío del espacio como del calor extremo del reingreso en la atmósfera.
Escudo térmico
La parte inferior de la cápsula, que es la que experimentará las temperaturas más altas cuando Orión regrese a la Tierra, está cubierta por el escudo térmico más grande del mundo, que mide 5 metros de diámetro. El escudo térmico protegerá a Orión cuando entre a la atmósfera de la Tierra, viajando inicialmente a unos 40.000 km/h y soportando temperaturas de casi 2,800 °C, aproximadamente la mitad del calor del Sol.
La superficie exterior del escudo térmico está hecha de bloques de un material llamado Avcoat, una versión reformulada del material utilizado en las cápsulas Apollo. Durante el descenso, el Avcoat sufrirá fracturas o quema de forma controlada, evitando que el calor impregne a Orión.
Cubierta delantera de la nave
La cubierta delantera de la nave en la parte superior del módulo de la tripulación protege la parte superior de la cápsula y los paracaídas de Orión durante el lanzamiento, el vuelo orbital y el reingreso. Está cubierto con las mismas placas de protección térmica que la carcasa trasera. Después de que la nave espacial vuelva a entrar en la atmósfera de la Tierra, se desechará (a una altitud de aproximadamente 7.000 metros) para permitir el despliegue del sistema de paracaídas.
Propulsores del Reaction Control System
El módulo de la tripulación tiene un sistema de propulsión compuesto por 12 pequeños motores, llamados propulsores del Reaction Control System. Cuando el módulo de la tripulación se separe del módulo de servicio para la reentrada, los 12 propulsores se utilizarán para guiar el módulo de la tripulación, asegurarse de que esté correctamente orientado con el escudo térmico hacia abajo y mantener la nave espacial estable durante su descenso.
Interior
En el interior de Orión, una estructura de aluminio de vigas entrecruzadas, llamada columna vertebral, proporciona la estructura de la superficie donde se sitúan los asientos de la tripulación y es donde se ubicarán los casilleros de almacenaje de la tripulación. Es el lugar donde se almacenará la mayor parte del equipo que la tripulación necesitará para vivir en el espacio durante las misiones.
Los cuatro asientos del módulo de la tripulación están diseñados para alojar a casi el 99 % de la población humana. Los asientos son ajustables para garantizar que los astronautas puedan alcanzar todos los controles mientras usen sus trajes presurizados.
Alojamiento de la tripulación
Hay una serie de adaptaciones que ayudarán a los astronautas a sentirse como en casa. Los tanques y un dispensador proporcionarán agua potable y una forma sencilla para rehidratar y calentar la comida. La zona de higiene de Orión contará con un nuevo inodoro compacto, con un diseño que facilita el uso en el espacio tanto para hombres como para mujeres. Se ha incorporado un dispositivo de ejercicio que proporcionará entrenamiento aeróbico y de fuerza para los astronautas. En caso de un evento de radiación, como una llamarada solar, los miembros de la tripulación se refugiarán en dos grandes cabinas ubicadas en la superficie de la cápsula, provistos de los densos materiales descritos anteriormente como medio de protección.
Pantallas y controles
Los astronautas operarán a Orión utilizando un sofisticado sistema de visualización y control que utiliza un software avanzado para ayudar a la tripulación. Esta podrá comandar la nave espacial utilizando solo tres pantallas, alrededor de 60 interruptores físicos, dos controladores manuales giratorios, dos controladores manuales de traslación y dos dispositivos de control del cursor. Los procedimientos electrónicos también están programados en el sistema para ayudar a la tripulación en los procesos diarios y de emergencia, ahorrando tiempo y espacio a la tripulación y haciendo obsoletos los grandes manuales en papel de las operaciones del sistema.
Sistemas de control ambiental y soporte vital
Los sistemas de control ambiental y soporte vital harán del módulo de la tripulación un lugar habitable para los astronautas. Un nuevo sistema regenerable elimina el dióxido de carbono y la humedad y mantiene limpio el aire de la cabina. El sistema también mantiene la temperatura y la presión de la nave espacial y detecta si el entorno interno se vuelve inseguro. Los trajes espaciales del sistema de supervivencia de la tripulación de Orión interactúan con el soporte vital para mantener vivos a los astronautas hasta seis días, permitiéndoles regresar a casa en caso de despresurización de la cabina.
Paracaídas
El módulo de la tripulación alberga el sistema de paracaídas de Orion. Los paracaídas permiten un aterrizaje seguro para los astronautas que regresan a la Tierra a altas velocidades en la nave espacial. La atmósfera de la Tierra (que actúa como un freno para Orión) inicialmente reducirá la velocidad de la nave espacial de aproximadamente 40.000 km/h a 520 km/h. Después, el sistema de 11 paracaídas debe desplegarse en una secuencia precisa para reducir la velocidad de Orión hasta los 30 km/h para amerizar en el Océano Pacífico.
Componentes de la nave espacial Orión.
Módulo de servicio europeo
Debajo del módulo de la tripulación se encuentra el Módulo de servicio europeo de Orión, proporcionado por la ESA (Agencia Espacial Europea) y construido por el contratista principal Airbus. El módulo de servicio es el motor de la nave espacial: le proporciona electricidad, propulsión, control térmico, aire y agua.
Propulsión
El módulo de servicio de Orión proporciona capacidades de propulsión que le permiten dar la vuelta a la Luna y regresar en sus misiones. El módulo de servicio tiene 33 motores de varios tamaños. El motor principal proporcionará importantes capacidades de maniobra en el espacio, incluida la inserción de Orión en una órbita retrógrada distante y su salida de la órbita para regresar a la Tierra. Los 24 propulsores de control de reacción se utilizan para dirigir y controlar a Orión mientras esté en órbita. También se utilizan ocho motores auxiliares para maniobras de traslación, actuando como respaldo del motor principal. El sistema de propulsión también tiene la capacidad de traer a la tripulación a la Tierra en una variedad de situaciones de emergencia, incluidos escenarios de aborto después de que el sistema de aborto de lanzamiento ya se haya desechado.
Energía
El sistema de energía eléctrica del módulo de servicio proporciona energía para toda la nave espacial Orión. El sistema gestiona la energía generada por los cuatro paneles solares de las alas del módulo, que proporcionan la electricidad necesaria para alimentar dos casas de tres habitaciones. Se utilizan un total de 15.000 células solares en los cuatro conjuntos para convertir la luz en electricidad, y los conjuntos pueden girar para permanecer alineados con el Sol, obteniendo así la máxima potencia.
Control Térmico
El sistema de control térmico incluye radiadores e intercambiadores de calor para mantener a los astronautas y el equipo a una temperatura agradable. El sistema de control térmico incluye una parte activa, que transfiere el calor de toda la nave espacial a los radiadores del módulo de servicio, y una parte pasiva, que protege el módulo de servicio de los ambientes térmicos internos y externos.
Almacenamiento de consumibles
El sistema de almacenamiento de consumibles del módulo de servicio proporciona agua potable, nitrógeno y oxígeno al módulo de tripulación, almacenados en tanques. El agua potable la proporciona el sistema de suministro de agua, cubriendo las necesidades de uso de agua de la tripulación durante la misión. El oxígeno y el nitrógeno los proporciona el sistema de suministro de gas, con la cantidad de gases en cada tanque ajustable según el perfil de la misión.
El módulo de tripulación de Orión se separará del módulo de servicio poco antes de volver a entrar en la atmósfera terrestre. El módulo de la tripulación es la única porción de Orión que regresará a la Tierra al final de cada misión. En los primeros vuelos, se reutilizarán los componentes del módulo de tripulación de alto valor, como la aviónica y los sistemas de control ambiental y soporte vital, con vistas a reutilizar más componentes en misiones posteriores.
A través de las misiones Artemis, la NASA llevará a la primera mujer y la primera persona de color a la Luna, abriendo el camino para mantener una presencia lunar a largo plazo y sirviendo como trampolín para las futuras misiones tripuldas a Marte.
El segundo de los cuatro principales instrumentos científicos del telescopio espacial James Webb de la NASA, el Mid-Infrared instrument (MIRI), ha concluido sus preparativos posteriores al lanzamiento y ya está listo para obtener datos científicos.
Se ha verificado la capacidad del MIRI para realizar imágenes coronagráficas, que utiliza dos estilos diferentes de máscaras que bloquean la luz de las estrellas para que esta no llegue a los sensores cuando se realicen observaciones de los planetas en órbita. Estas máscaras permitirán que los científicos puedan detectar exoplanetas directamente, así como estudiar los discos de polvo alrededor de sus estrellas anfitrionas.
Junto con los otros tres instrumentos del Webb, el MIRI inicialmente se enfrió a la sombra del parasol (del tamaño de una cancha de tenis) de Webb a unos 90 grados Kelvin. Para poder realizar los estudios científicos la temperatura se rebajó mediante el uso de un enfriador criogénico alimentado eléctricamente, a menos de 7 Kelvin, solo unos pocos grados por encima de la temperatura más baja que puede alcanzar la materia. Esta temperatura de funcionamiento tan extrema permite que el MIRI proporcione imágenes y espectros de infrarrojo medio con una calidad sin precedentes de nitidez y sensibilidad.
“Estamos encantados de que el MIRI ya sea un instrumento funcional y de última generación con todas sus capacidades mejor de lo esperado. Nuestro equipo multinacional de puesta en marcha ha hecho un trabajo fantástico al preparar al MIRI en tan solo unas pocas semanas. Ahora felicitamos a todas las personas, científicos, ingenieros, gerentes, agencias nacionales, ESA y NASA, que han hecho realidad este instrumento. El MIRI comenzará a explorar el universo infrarrojo en formas y profundidades nunca antes alcanzadas”, dijo Gillian Wright, Investigador principal europeo del MIRI en el Centro de Tecnología de Astronomía del Reino Unido, y George Rieke, líder científico del MIRI en la Universidad de Arizona. El MIRI se desarrolló gracias a una colaboración entre la NASA y la ESA (Agencia Espacial Europea), con el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA y un consorcio multinacional de institutos astronómicos europeos contribuyendo para la ESA.
Con las actividades de puesta en marcha posteriores al lanzamiento del NIRISS y el MIRI ya concluidas, el equipo del Webb seguirá centrándose en comprobar los dos modos restantes en sus otros instrumentos. El telescopio espacial James Webb de la NASA, fruto de una colaboración con la ESA (Agencia Espacial Europea) y CSA, proporcionará sus primeras imágenes a todo color y datos espectroscópicos el 12 de julio de 2022.
Crédito de la imagen: NASA/JPL-Caltech/SwRI/MSSS/Kevin M. Gill.
Un nuevo proyecto de ciencia aficionada de la NASA, Jovian Vortex Hunter, busca su ayuda para detectar vórtices (patrones de viento en espiral) y otros fenómenos en fotografías del planeta Júpiter.
Otro proyecto de ciencia ciudadana de la NASA, llamado Junocam, busca la ayuda de miembros del público que procesen imágenes de la misión Juno de la NASA y elijan objetivos para la nave espacial. Sin embargo, el nuevo proyecto Jovian Vortex Hunter proporciona imágenes que ya han sido procesadas por el equipo científico, lo que hace que sea rápido y fácil para cualquiera echar una mano. La categorización de las imágenes ayudará a los científicos a comprender la dinámica de fluidos y la química de las nubes en Júpiter, que crean características deslumbrantes como bandas, manchas y “barcazas marrones”.
En esta imagen de 2019, el científico aficionado Kevin M. Gill creó esta imagen utilizando datos del generador de imágenes JunoCam de la nave espacial. Esta mirada asombrosamente detallada a una tormenta ciclónica en la atmósfera de Júpiter se tomó durante su 23° sobrevuelo cercano del planeta (también conocido como “perijove 23”). Juno observó este vórtice en una región de Júpiter llamada “cinturón templado norte norte norte norte”, o NNNNTB, una de las muchas bandas de nubes persistentes del planeta gigante gaseoso. Estas bandas están formadas por los vientos predominantes en diferentes latitudes. El vórtice que se ve aquí tiene, aproximadamente, 2000 kilómetros de ancho.
Esta imagen de las rocas sedimentarias del lago Enchanted fue tomada por una de las cámaras de prevención de peligros (Hazcacams) del rover Perseverance, cerca de la base del delta del cráter Jezero, el 30 de abril de 2022. Crédito: NASA/JPL-Caltech.
Ni siquiera Obi-Wan Kenobi pudo convencer a Katie Stack Morgan, científica para el rover Perseverance de la NASA, de que estas no son las rocas que está buscando.
Pregúntale a cualquier explorador espacial y tendrá una o dos fotografías favoritas de su misión. Para Katie Stack Morgan, científica adjunta del proyecto del rover Perseverance Mars de la NASA, la primera imagen de primer plano de rocas en capas en la base del antiguo delta del río Jezero Crater, ocupa un lugar especial en su corazón. La imagen del afloramiento rocoso del “Lago Encantado”, informalmente llamado así por un hito en el Parque Nacional y Reserva Katmai de Alaska, fue tomada por una de las Cámaras de Evitación de Peligros (Hazcacams) del rover el 30 de abril de 2022.
Con una colección masiva de rocas y sedimentos en forma de abanico en el borde occidental del cráter Jezero, el delta se formó en la convergencia de un río marciano y un lago del cráter hace miles de millones de años. Explorar este delta ha estado en la lista de deseos de Stack Morgan y el resto del equipo científico de Perseverance, porque creen que la ubicación ofrece una de las mejores oportunidades de la misión para encontrar rocas que podrían haber conservado restos de vida microbiana antigua, un objetivo principal de la misión.
“Los ingenieros de la misión utilizan principalmente las imágenes Hazcam para ayudar con la conducción y la colocación del brazo del rover”, dijo Stack Morgan. “Pero cuando vi la imagen Hazcam del Lago Encantado, fue amor a primera vista. Esta imagen proporcionó nuestra primera visión de cerca de las rocas sedimentarias, las que más ansiaba explorar desde que se nombró a Jezero el lugar de aterrizaje de Perseverance hace casi cuatro años”.
Rocas y Signos de Vidas Pasadas
Para comprender mejor por qué esta imagen del primer encuentro cercano de Perseverance con una roca sedimentaria es tan emocionante para Stack Morgan, es útil volver al comienzo de la exploración de Marte por parte del rover. Después de que Perseverance aterrizó el 18 de febrero de 2021 en los lugares planos y rocosos que conforman el suelo del cráter Jezero, pasó más de un año estudiando afloramientos, cantos rodados y regolito (roca rota y polvo) en el área, recolectando muestras a lo largo del camino.
Una de las grandes conclusiones del equipo científico de ese esfuerzo es que las rocas del suelo del cráter son de origen ígneo y se formaron hace miles de millones de años, a partir de roca fundida que se enfrió bajo tierra o después de erupciones volcánicas. Las rocas ígneas pueden ofrecer una gran cantidad de información sobre el interior de Marte y la edad de ciertas características geológicas. Además, el equipo encontró evidencia de que las rocas ígneas interactuaron con el agua y podrían haber albergado microambientes habitables.
Pero, como señala Stack Morgan, las condiciones de la olla a presión al rojo vivo que producen rocas ígneas no suelen proporcionar el entorno óptimo para preservar la evidencia de vida microscópica fosilizada. Por otro lado, las rocas sedimentarias, como las que dominan el delta de Jezero, proporcionan un sitio ideal para buscar signos de vida pasada.
Con el tiempo, el lodo, el limo y la arena que llegaron al lago que llenaba Jezero se comprimieron y solidificaron en finas capas de roca sedimentaria. Si los organismos microscópicos también estuvieron presentes durante la formación de rocas sedimentarias, podrían haber sido capturados dentro de las capas, congelados en el tiempo como formas de vida fosilizadas.
¿Podrían las rocas en capas del Lago Encantado contener evidencia de que Marte alguna vez fue hogar de vida microscópica? Quizás. Sin embargo, una determinación tan monumental probablemente tendrá que esperar a que las muestras que Perseverance está recolectando en tubos especiales, sean traídas a la Tierra y analizadas con un poderoso equipo de laboratorio, demasiado grande para llevar a Marte. Y aunque la Campaña de Retorno de Muestras de Marte planificada por la NASA está programada para llevar alrededor de 30 tubos de regreso a la Tierra, la NASA debe ser selectiva con respecto a lo que hay dentro de ellos.
“El Lago Encantado fue nuestro primer encuentro cercano con rocas sedimentarias en Jezero, pero vamos a hacer lo que las misiones del rover mejor hacen: mirar alrededor, conducir y luego mirar un poco más. Incluso si encontramos otros objetivos en el delta para tomar muestras, siempre tendré un lugar especial en mi corazón para las rocas que me mostraron que enviamos el rover al lugar correcto”, dijo Stack Morgan.
Perseverance está estacionado a mitad de camino del delta, en un campo de rocas sedimentarias que el equipo científico llama “Hogwallow Flats”. Durante las próximas semanas, el rover analizará, y tal vez tomará muestras, de una o más rocas en el área. Luego, el equipo decidirá si regresa al Lago Encantado o explora otros emocionantes afloramientos del delta de Jezero.
Más sobre la misión
Un objetivo clave para la misión de Perseverance en Marte es la astrobiología, incluida la búsqueda de signos de vida microbiana antigua. El rover caracterizará la geología del planeta y el clima pasado, allanará el camino para la exploración humana del Planeta Rojo y será la primera misión en recolectar y almacenar rocas y regolito marcianos.
Las misiones posteriores de la NASA, en cooperación con la ESA (Agencia Espacial Europea), enviarían naves espaciales a Marte para recolectar estas muestras selladas de la superficie y devolverlas a la Tierra para un análisis en profundidad.
La misión Mars 2020 Perseverance es parte del enfoque de exploración de la Luna a Marte de la NASA, que incluye misiones Artemis a la Luna que ayudarán a prepararse para la exploración humana del Planeta Rojo.
El Jet Propulsion Laboratory (JPL), que Caltech administra para la NASA en Pasadena, California, construyó y administra las operaciones del rover Perseverance.
Para más información sobre Perseverance pinche aquí.
CAPSTONE, en ruta a la Luna, se comunica con la Tierra a través de la Red de Espacio Profundo de la NASA.
El Experimento de Navegación y Operaciones de Tecnología del Sistema de Posicionamiento Autónomo Cislunar (CAPSTONE) dejó la órbita terrestre baja y comenzó su viaje en solitario a la Luna.
Después de su lanzamiento el 28 de junio, CAPSTONE orbitó la Tierra conectada a la etapa superior Photon de Rocket Lab, que maniobró a CAPSTONE en posición para su viaje a la Luna. Durante los últimos seis días, los motores de Photon se dispararon siete veces en momentos clave para elevar el punto más alto de la órbita a más de 1,300,000 kilómetros de la Tierra, antes de liberar el CAPSTONE CubeSat en su trayectoria balística de transferencia lunar a la Luna. La nave espacial ahora está siendo pilotada por los equipos de Advanced Space y Terran Orbital.
Ahora CAPSTONE utilizará su propia propulsión y la gravedad del Sol para navegar el resto del camino a la Luna, un viaje de cuatro meses en el que CAPSTONE se insertará en su órbita de halo casi rectilínea (NRHO) alrededor de la Luna el 13 de noviembre. La pista impulsada por la gravedad reducirá drásticamente la cantidad de combustible que el CubeSat necesita para llegar a su órbita objetivo alrededor de la Luna.
En los próximos días, puede seguir el viaje de CAPSTONE en vivo utilizando la visualización interactiva de datos 3D en tiempo real Eyes on the Solar System de la NASA, viajando virtualmente con el CubeSat, con una vista simulada de nuestro sistema solar.
Comparación de la emisión de hidrógeno visible en el filamento NW de SN 1006 en datos tomados en el telescopio CTIO de 0,9 m (H-alfa, sustracción continua; Winkler, et al.) en 1998 (mostrado en verde) y los datos del Hubble ACS ( Raymond et. al) en 2006 (en rojo). El fondo estelar es de datos de banda ancha B, V e I de WFPC2 de 2008 (Hubble Heritage Team). Créditos: NASA, ESA y el equipo de reconocimiento del Hubble Heritage (STScI/AURA): W. Blair (Universidad Johns Hopkins).
Una delicada cinta de gas flota inquietantemente en nuestra galaxia. ¿Una estela de una nave extraterrestre? ¿Un chorro de un agujero negro? En realidad, esta imagen, tomada por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA, es una sección muy delgada de un remanente de supernova causado por una explosión estelar que ocurrió hace más de 1.000 años.
Alrededor del 1 de mayo de 1006 d.C., observadores desde África hasta Europa y el Lejano Oriente presenciaron y registraron la llegada de la luz de lo que ahora se llama SN 1006, una tremenda explosión de supernova causada por los últimos estertores de una estrella enana blanca a casi 7000 años luz de distancia. La supernova fue probablemente la estrella más brillante jamás vista por humanos y superó a Venus como el objeto más brillante en el cielo nocturno, solo para ser superado por la luna. Fue visible incluso, durante el día, durante semanas y permaneció visible a simple vista durante, al menos, dos años y medio antes de desaparecer.
No fue hasta mediados de la década de 1960 que los radioastrónomos detectaron por primera vez un anillo casi circular de material en la posición registrada de la supernova. El anillo tenía casi 30 minutos de arco de diámetro, el mismo diámetro angular que la luna llena. El tamaño del remanente implicaba que la onda expansiva de la supernova se había expandido a más de 32 millones de kilómetros por hora durante los casi 1000 años desde que ocurrió la explosión.
En 1976 se informó de la primera detección de emisión óptica extremadamente débil del remanente de supernova, pero solo para un filamento ubicado en el borde noroeste del radio del anillo. La observación del Hubble revela en detalle una pequeña porción de este filamento. La cinta retorcida de luz vista por el Hubble corresponde a lugares donde la onda expansiva (y en expansión) de la supernova ahora barre el gas circundante muy tenue.
El gas de hidrógeno calentado por esta onda de choque rápida emite radiación en luz visible. Por lo tanto, la emisión óptica proporciona a los astrónomos una “instantánea” detallada de la posición real y la geometría del frente de choque en un momento dado. Los bordes brillantes dentro de la cinta corresponden a lugares donde la onda de choque se ve exactamente en el borde de nuestra línea de visión.
Hoy sabemos que SN 1006 tiene un diámetro de casi 60 años luz y todavía se expande a casi 10 millones de kilómetros por hora. Sin embargo, incluso a esta tremenda velocidad, se necesitan observaciones típicamente separadas por años para ver un movimiento significativo hacia afuera de la onda de choque contra la cuadrícula de estrellas de fondo. En la imagen del Hubble que se muestra, la supernova habría ocurrido lejos de la esquina inferior derecha de la imagen y el movimiento sería hacia la esquina superior izquierda.
SN 1006 reside dentro de nuestra Vía Láctea. Ubicado a más de 14 grados del plano del disco de la galaxia, hay relativamente poca confusión con otros objetos de primer plano y de fondo en el campo cuando se trata de estudiar este objeto. En la imagen del Hubble, se pueden ver muchas galaxias de fondo (objetos extendidos de color naranja) muy lejos en el universo distante que salpican la imagen. La mayoría de los puntos blancos son estrellas de primer plano o de fondo en nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Esta imagen es una combinación de observaciones de luz de hidrógeno tomadas con la Cámara avanzada para sondeos del Hubble en febrero de 2006 y observaciones de la Cámara planetaria de campo amplio 2 en luz azul, amarillo-verde e infrarroja cercana, tomadas en abril de 2008. Al remanente de supernova, solo visible en el filtro de luz de hidrógeno, se le asignó un tono rojo en la imagen de color Heritage.
Para imágenes y más información sobre SN 1006, visite:
Los astrónomos estiman que el agujero negro en crecimiento activo en H1821+643 contiene entre tres y 30 mil millones de masas solares, lo que lo convierte en uno de los más masivos conocidos. En contraste, el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea pesa alrededor de cuatro millones de soles.
H1821+643 es un cuásar alimentado por un agujero negro supermasivo, ubicado a unos 3.400 millones de años luz de la Tierra. Los astrónomos utilizaron el Observatorio de rayos X Chandra de la NASA para determinar el giro del agujero negro en H1821+643, lo que lo convierte en el más masivo en tener una medición precisa de esta propiedad fundamental, como se describe en el comunicado de prensa.
Esta imagen compuesta de H1821+643 contiene rayos X de Chandra (azul) que se han combinado con datos de radio de Karl G. Jansky Very Large Array de NSF (rojo) y una imagen óptica del telescopio PanSTARRS en Hawái (blanco y amarillo). Los investigadores invirtieron casi una semana de tiempo de observación de Chandra, tomada hace más de dos décadas, para obtener este último resultado. El agujero negro supermasivo está ubicado en el punto brillante en el centro de la emisión de radio y rayos X.
Debido a que un agujero negro giratorio arrastra el espacio consigo y permite que la materia orbite más cerca de él de lo que es posible para uno que no gira, los datos de rayos X pueden mostrar la velocidad a la que está girando el agujero negro. El espectro, es decir, la cantidad de energía en función de la longitud de onda, de H1821+643, indica que el agujero negro está girando a un ritmo modesto en comparación con otros menos masivos que giran cerca de la velocidad de la luz. Esta es la medida de giro más precisa de un agujero negro tan masivo.
¿Por qué el agujero negro de H1821+432 gira solo la mitad de rápido que los de menor masa? La respuesta puede estar en cómo crecen y evolucionan estos agujeros negros supermasivos. Este giro relativamente lento respalda la idea de que los agujeros negros más masivos, como H1821+643, experimentan la mayor parte de su crecimiento fusionándose con otros agujeros negros, o porque el gas es atraído hacia adentro en direcciones aleatorias cuando sus grandes discos se rompen.
Es probable que los agujeros negros supermasivos que crecen de esta manera, a menudo experimenten grandes cambios de giro, incluida la desaceleración o la torsión en la dirección opuesta. Por lo tanto, la predicción es que los agujeros negros más masivos tienen un rango más amplio de velocidades de giro que sus parientes menos masivos.
Por otro lado, los científicos esperan que los agujeros negros menos masivos acumulen la mayor parte de su masa a partir de un disco de gas que gira a su alrededor. Debido a que se espera que dichos discos sean estables, la materia entrante siempre se acerca desde una dirección que hará que los agujeros negros giren más rápido hasta que alcancen la velocidad máxima posible, que es la velocidad de la luz.
Hay un artículo que describe estos resultados en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, los autores son Julia Sisk-Reynes, Christopher Reynolds, James Matthews y Robyn Smith, todos del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido.
El Marshall Space Flight Center de la NASA administra el programa Chandra. El Centro de rayos X Chandra del Smithsonian Astrophysical Observatory controla las operaciones científicas desde Cambridge, Massachusetts, y las operaciones de vuelo desde Burlington, Massachusetts.
La NASA anunció el viernes que la misión del asteroide Psyche, la primera misión de la agencia diseñada para estudiar un asteroide rico en metales, no realizará su intento de lanzamiento planificado para 2.022.
Debido al retraso en la entrega del software de vuelo y el equipo de prueba de la nave espacial, la NASA no tiene tiempo suficiente para completar las pruebas necesarias antes del período de lanzamiento previsto para este año, que finaliza el 11 de octubre. El equipo de la misión necesita más tiempo para asegurarse de que el software funcionará correctamente en el viaje.
La NASA seleccionó a Psyche en 2.017 como parte del Discovery Program de la agencia, que está formando un equipo de evaluación independiente para revisar los pasos a seguir para el proyecto y para el Discovery Program.
“La NASA se toma muy en serio los compromisos de costes y cronogramas de sus proyectos y programas”, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Science Mission Directorate de la NASA (en Washington). “Estamos explorando opciones para la misión en el contexto del Discovery Program, y en los próximos meses se tomará una decisión sobre el camino a seguir”.
El equipo de evaluación independiente, generalmente compuesto por expertos del gobierno, la academia y la industria, revisará las posibles opciones para los próximos pasos, incluida una estimación de los costes. También se considerarán las implicaciones para el Discovery Program de la agencia y la cartera de ciencia planetaria.
La guía de navegación y el software vuelo de la nave espacial controlará la orientación de la nave mientras viaja por el espacio y para apuntar la antena de la nave espacial hacia la Tierra para que la nave espacial pueda enviar datos y recibir comandos. También proporciona información de la trayectoria al sistema de propulsión eléctrica solar de la nave espacial, que comenzará a operar 70 días después del lanzamiento.
Cuando el equipo de la misión comenzó a probar el sistema en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA (en el sur de California), se descubrió un problema de compatibilidad con los simuladores del software del banco de pruebas. En mayo, la NASA cambió la fecha de lanzamiento prevista de la misión, del 1 de agosto a no antes del 20 de septiembre, para resolver el trabajo necesario. El problema con los bancos de pruebas ha sido identificado y corregido; sin embargo, no hay tiempo suficiente para completar una verificación total del software para proceder al lanzamiento este año.
“Viajar a un asteroide distante rico en metales, utilizando Marte como asistencia gravitatoria en el camino, requiere una precisión increíble. Debemos hacerlo bien. Cientos de personas han realizado un gran trabajo con Psyche durante esta pandemia, y el trabajo continuará a medida que el complejo software de vuelo se pruebe y evalúe exhaustivamente”, dijo la directora del JPL, Laurie Leshin. “La decisión de retrasar el lanzamiento no fue fácil, pero es la correcta”.
El período de lanzamiento de la misión en 2.022, que se extendió desde el 1 de agosto hasta el 11 de octubre, habría permitido que la nave espacial llegara al asteroide Psyche en 2.026. Hay posibles períodos de lanzamiento tanto en 2.023 como en 2.024, pero las posiciones orbitales relativas de Psyche y la Tierra implicarían que la nave espacial no llegaría al asteroide hasta 2.029 o 2.030, respectivamente. Las fechas exactas de estos posibles períodos de lanzamiento aún no se han determinado.
“Nuestro increíble equipo ha superado casi todos los increíbles desafíos de construir una nave espacial durante el COVID”, dijo Lindy Elkins-Tanton, investigadora principal de Psyche, de la Universidad Estatal de Arizona (ASU), quien dirige la misión. “Hemos conquistado numerosos desafíos de hardware y software, y al final nos detuvo este último problema. Solo necesitamos un poco más de tiempo y conseguiremos vencer a este también. El equipo está listo para seguir adelante y estoy muy agradecida por su excelencia”.
El coste total del ciclo de vida de la misión Psyche, incluido el cohete, es de 985 millones de dólares. De los cuales 717 millones ya se han gastado. Actualmente se están calculando los costes disponibles estimados para respaldar cada una de las opciones para la misión.
El lanzamiento de dos proyectos de viaje se han programado en el mismo cohete SpaceX Falcon Heavy que Psyche: la misión Janus de la NASA, para estudiar sistemas de asteroides binarios gemelos, y la demostración de la tecnología Deep Space Optical Communications, para probar comunicaciones láser de alta velocidad de datos que está integrada con la nave espacial Psyche. La NASA está evaluando opciones para ambos proyectos.
ASU lidera la misión Psyche. El JPL, que Caltech administra para la NASA (en Pasadena, California) es responsable de la administración general de la misión; ingeniería de sistemas; integración y prueba; y operaciones de la misión. Maxar proporciona el chasis de la nave espacial de propulsión eléctrica solar de alta potencia. El Launch Services Program de la NASA, con sede en el Kennedy Space Center de la agencia (en Florida) está gestionando el lanzamiento.
Según un nuevo experimento de laboratorio de la NASA, es posible que los rovers tengan que excavar unos dos metros o más bajo la superficie marciana para encontrar signos de vida antigua, porque la radiación ionizante del espacio degrada moléculas pequeñas como los aminoácidos con relativa rapidez.
Los aminoácidos pueden ser creados por la vida y por la química no biológica. Sin embargo, si se encontraran ciertos aminoácidos en Marte se consideraría un potencial signo de vida marciana antigua, porque la vida terrestre los usa como un componente para construir proteínas. Las proteínas son esenciales para la vida, ya que se utilizan para fabricar enzimas que aceleran o regulan las reacciones químicas y para formar estructuras.
“Nuestros resultados sugieren que los aminoácidos son destruidos por los rayos cósmicos en las rocas y el regolito de la superficie marciana a un ritmo mucho más rápido de lo que se pensaba”, dijo Alexander Pavlov, del Goddard Space Flight Center de la NASA (en Greenbelt, Maryland). “Las misiones actuales del rover en Marte profundizan hasta aproximadamente dos de cinco centímetros. A esas profundidades, se necesitarían solo 20 millones de años para destruir completamente los aminoácidos. La adición de percloratos y agua aumenta aún más la tasa de destrucción de aminoácidos”. 20 millones de años es una cantidad de tiempo relativamente breve porque los científicos están buscando indicios de vida antigua en la superficie que estuviera presente hace miles de millones de años cuando Marte se parecía más a la Tierra.
Este resultado sugiere una nueva estrategia de búsqueda para las misiones que se limitan al muestreo a poca profundidad. “Las misiones con muestreo de perforación superficial tienen que buscar afloramientos expuestos recientemente, por ejemplo, microcráteres recientes con edades inferiores a 10 millones de años o el material expulsado de dichos cráteres”, dijo Pavlov, autor principal de un artículo sobre esta investigación publicado el 24 de junio en Astrobiology.
Los rayos cósmicos son partículas de alta energía (principalmente protones e iones de helio) generadas por eventos poderosos en el Sol y en el espacio profundo, como erupciones solares y explosiones de estrellas. Pueden degradar o destruir moléculas orgánicas cuando penetran metros en una roca sólida, ionizando y destruyendo todo a su paso.
La espesa atmósfera y el campo magnético de la Tierra protegen la superficie de la mayoría de los rayos cósmicos. En su juventud, Marte también tenía estas características, pero perdió esta protección con el paso del tiempo. Sin embargo, hay indicios de que hace miles de millones de años, la atmósfera (más espesa) permitió que el agua líquida persistiera en la superficie del Planeta Rojo. Dado que el agua líquida es esencial para la vida, los científicos quieren saber si la vida surgió en Marte en algún momento pasado y buscan pruebas de vida marciana antigua examinando las rocas de Marte en busca de moléculas orgánicas como son los aminoácidos.
El equipo mezcló varios tipos de aminoácidos en sílice, sílice hidratada o sílice y perclorato para simular las condiciones del suelo marciano, luego selló las muestras en tubos de ensayo en condiciones de vacío para simular el aire marciano. Algunas muestras se mantuvieron a temperatura ambiente, lo más caliente que jamás haya estado en la superficie de Marte, mientras que otras se enfriaron a -55 grados Celsius. Las muestras se bombardearon con varios niveles de radiación gamma, un tipo de luz altamente energética, para simular dosis de rayos cósmicos recibidas durante unos 80 millones de años de exposición en las rocas de la superficie marciana.
Este experimento ha sido el primero en mezclar aminoácidos con suelo marciano simulado. Los experimentos anteriores probaron la radiación gamma en muestras de aminoácidos puros, pero es muy poco probable encontrar un grupo grande de un solo tipo de aminoácido en una roca de mil millones de años.
“Nuestro trabajo es el primer estudio integral en el que se analizó la destrucción (radiólisis) de una amplia gama de aminoácidos bajo una variedad de factores relevantes para Marte (temperatura, contenido de agua, abundancia de perclorato) y se compararon las tasas de radiólisis”, dijo. Pavlov. “Resulta que añadir silicatos y, en concreto, silicatos con percloratos, aumenta en gran medida las tasas de destrucción de los aminoácidos”.
Si bien aún no se han encontrado aminoácidos en Marte, se han descubierto en meteoritos, incluido uno de Marte. “Identificamos varios aminoácidos de cadena lineal en el meteorito marciano antártico RBT 04262 en Astrobiology Analytical Lab en Goddard que creemos que se originaron en Marte (sin contaminación de la biología terrestre), aunque el mecanismo de formación de estos aminoácidos en RBT 04262 sigue sin estar claro”, dijo Danny Glavin, coautor del artículo en Goddard de la NASA. “Dado que los meteoritos de Marte normalmente son expulsados desde profundidades de al menos un metro, es posible que los aminoácidos en RBT 04262 estuvieran protegidos de la radiación cósmica”.
Los rovers Curiosity y Perseverance de la NASA han encontrado materia orgánica en Marte; sin embargo, no es un signo concluyente de vida ya que podría haber sido creada por química no biológica. Además, los resultados del experimento implican que es probable que el material orgánico observado por estos rovers haya sido alterado con el tiempo por la radiación y, por lo tanto, no son como cuando se formaron.
La investigación fue financiada por la NASA con el premio número 80GSFC21M0002, 15-EXO15_2-0179 y el Planetary Science Division Internal Scientist Funding Program de la NASA a través del paquete de trabajo de Fundamental Laboratory Research (FLaRe).