Científicos de la NASA observan por primera vez un ciclón polar en Urano

Por primera vez, los científicos de la NASA tienen pruebas fehacientes de la existencia de un ciclón polar en Urano. Examinando las ondas de radio emitidas por el gigante de hielo, detectaron el fenómeno en el polo norte del planeta. Los hallazgos confirman una verdad general sobre todos los planetas con atmósferas sustanciales de nuestro sistema solar: Tanto si los planetas están compuestos principalmente de roca como de gas, sus atmósferas muestran signos de remolinos en los polos.

Los científicos saben desde hace tiempo que el polo sur de Urano presenta un remolino. Las imágenes (tomadas por Voyager 2 de la NASA) de las cimas de las nubes de metano, mostraron vientos en el centro polar girando más rápido que en el resto del polo. Las mediciones infrarrojas de la Voyager no observaron cambios de temperatura, pero los nuevos hallazgos, publicados en Geophysical Research Letters, sí.

Utilizando los platos de las enormes antenas del Very Large Array en Nuevo México, escudriñaron por debajo de las nubes del gigante de hielo, determinando que el aire circulante en el polo norte parece ser más cálido y seco – los sellos distintivos de un fuerte ciclón. Recogidas en 2015, 2021 y 2022, las observaciones se adentraron en la atmósfera de Urano como nunca antes.

“Estas observaciones nos cuentan mucho más sobre la historia de Urano. Es un mundo mucho más dinámico de lo que se podría pensar”, dijo el autor principal Alex Akins, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en el sur de California. “No es una simple bola azul de gas. Pasan muchas cosas bajo su capa externa”.

Urano se está mostrando más estos días, gracias a la posición en órbita del planeta . Este planeta exterior tarda 84 años en dar una vuelta completa alrededor del sistema solar, y en las últimas décadas los polos no apuntaban hacia la Tierra. Desde 2015, aproximadamente, los científicos tienen una mejor visión y han podido observar más profundamente la atmósfera polar.

El ciclón de Urano, de forma compacta y con aire cálido y seco en su núcleo, es muy parecido a los detectados por la Cassini de la NASA en Saturno. Con estos nuevos descubrimientos, se han identificado ciclones (que giran en el mismo sentido que su planeta) o anticiclones (que giran en sentido contrario) en los polos de todos los planetas de nuestro sistema solar, excepto Mercurio, que carece de atmósfera.

Pero, a diferencia de los huracanes terrestres, los ciclones de Urano y Saturno no se forman sobre el agua (no se sabe que ninguno de los dos planetas tenga agua líquida) y no se desplazan, sino que se fijan en los polos. Los investigadores seguirán de cerca la evolución de este ciclón recién descubierto en Urano en los próximos años.

Una misión de la NASA estudiará las nubes de hielo y ayudará a observar la dinámica de nuestra atmósfera

La NASA ha seleccionado una nueva misión para ayudar a la humanidad a comprender mejor la dinámica atmósfera de la Tierra, en concreto, las nubes de hielo que se forman a gran altitud en las regiones tropicales y subtropicales. El instrumento PolSIR, abreviatura de Polarized Submillimeter Ice-cloud Radiometer (Radiómetro submilimétrico polarizado de nubes de hielo), estudiará estas nubes de hielo para determinar cómo y por qué cambian a lo largo del día. Comprender esto es crucial para mejorar los modelos climáticos globales.

La investigación consta de dos CubeSats idénticos -cada pequeño satélite mide poco más de 30 centímetros de altura- que vuelan en órbitas separadas por un intervalo de entre tres y nueve horas. Con el tiempo, estos dos instrumentos observarán el ciclo diario de esta nubes.

“El estudio de las nubes de hielo es crucial para mejorar las previsiones climáticas, y esta será la primera vez que podamos estudiar las nubes de hielo con este nivel de detalle”, dijo Nicola Fox, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la sede de la NASA en Washington. “Cada misión de la NASA se elige cuidadosamente para comprender mejor nuestro planeta”.

“Comprender cómo estas nubes de hielo responden a un clima cambiante -y luego, a su vez, contribuyen a nuevos cambios- sigue siendo uno de los grandes retos para predecir lo que hará la atmósfera en el futuro”, dijo Karen St. Germain, que dirige la División de Ciencias de la Tierra de la NASA. “Los radiómetros, que miden la energía radiante emitida por las nubes, mejorarán significativamente nuestra comprensión de cómo las nubes de hielo cambian y responden a lo largo del día”.

La misión está dirigida por Ralf Bennartz, investigador principal de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee, y por Dong Wu, investigador principal adjunto del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland.

El Centro Goddard de la NASA proporcionará el equipo de gestión del proyecto que construya los dos instrumentos, mientras que las operaciones científicas correrán a cargo del Centro de Ciencia e Ingeniería Espaciales de la Universidad de Wisconsin – Madison. Las dos naves espaciales serán construidas por Blue Canyon Technologies en Lafayette, Colorado.

Misión de NASA: Dragonfly

Partiendo de los descubrimientos de la misión Cassini-Huygens de la NASA-ESA, la NASA ha anunciado que nuestro próximo destino en el sistema solar será Titán, un mundo único y rico en materia orgánica. Para avanzar en nuestra búsqueda de los componentes básicos de la vida, la misión Dragonfly efectuará múltiples salidas para tomar muestras y examinar lugares alrededor de la luna helada de Saturno.

Dragonfly despegará en 2026 y llegará a Saturno en 2034. El helicóptero volará a docenas de lugares prometedores de Titán en busca de procesos químicos prebióticos comunes tanto en Titán como en la Tierra. Es la primera vez que la NASA volará un vehículo multirrotor con fines científicos en otro planeta; tiene ocho rotores y vuela como un gran dron. Aprovechará la densa atmósfera de Titán -cuatro veces más densa que la de la Tierra- para convertirse en el primer vehículo que vuele con toda su carga útil científica a nuevos lugares para acceder a los materiales de la superficie.

Titán puede proporcionar pistas sobre cómo pudo surgir la vida en nuestro planeta. Dragonfly explorará diversos entornos, desde dunas orgánicas hasta el suelo de un cráter de impacto, donde el agua líquida y los complejos materiales orgánicos clave para la vida coexistieron durante decenas de miles de años. Sus instrumentos estudiarán hasta qué punto puede haber progresado la química prebiótica. También investigarán las propiedades atmosféricas y superficiales de la Luna, así como sus depósitos líquidos y oceánicos subsuperficiales. Además, los instrumentos buscarán pruebas químicas de vida pasada o presente.

Está previsto que primero aterrice en los campos de dunas ecuatoriales “Shangri-La”, que son similares a las dunas lineales de Namibia, en el sur de África, y ofrecen un lugar de muestreo diverso. Explorará esta región en vuelos cortos y otros más largos, de hasta 8 km, deteniéndose para tomar muestras. Finalmente, llegará al cráter de impacto Selk, donde hay indicios de la existencia de agua líquida, materia orgánica (moléculas complejas que contienen carbono, combinado con hidrógeno, oxígeno y nitrógeno) y energía, que juntos constituyen la receta para la vida. El módulo de aterrizaje recorrerá más de 175 kilómetros, casi el doble de la distancia recorrida hasta la fecha por todos los exploradores de Marte juntos.

Titán es mayor que el planeta Mercurio y es la segunda luna más grande de nuestro sistema solar. Mientras orbita alrededor de Saturno, se encuentra a unos 1.400 millones de kilómetros del Sol, unas 10 veces más lejos que la Tierra. Al estar tan lejos del Sol, la temperatura de su superficie es de unos -290 grados Fahrenheit (-179 grados Celsius). Además, su presión superficial es un 50% superior a la de la Tierra.

Dragonfly fue seleccionada como parte del programa Nuevas Fronteras (New Frontiers) de la Agencia, que incluye la misión New Horizons a Plutón y el Cinturón de Kuiper, Juno a Júpiter y OSIRIS-REx al asteroide Bennu. Dragonfly está dirigida por la investigadora principal Elizabeth Turtle, que trabaja en el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel (Maryland). Nuevas Fronteras apoya misiones que la comunidad planetaria ha identificado como prioritarias para la exploración del sistema solar.

Artemis III: la primera misión humana de la NASA al Polo Sur Lunar

Los seres humanos siempre nos hemos sentido atraídos por explorar, descubrir y aprender todo lo que podemos sobre el mundo y los mundos que nos rodean. No siempre es fácil, pero está en nuestra naturaleza.

Después de dos misiones de prueba del Programa Artemis, la misión Artemis III, actualmente planificada para 2025, marcará el primer regreso de la humanidad a la superficie lunar en más de 50 años. La NASA hará historia al enviar a los primeros humanos a explorar la región cercana al Polo Sur lunar.

La nave espacial Orion de la NASA será la cápsula en la que la tripulación realizará el viaje desde y hacia la Tierra; dentro y fuera de la órbita lunar. Orion es la única nave espacial capaz de transportar tripulaciones a la Tierra a velocidades de reentrada lunar. En la exitosa misión Artemis I, se probó el escudo térmico de diseño exclusivo de Orion para estas condiciones extremas. Cuatro astronautas partirán desde la Plataforma de Lanzamiento del Kennedy Space Center (en Florida), sobre el Space Launch System (SLS), el único cohete lo suficientemente potente como para enviar a Orión, su tripulación y sus suministros a la Luna, en un solo lanzamiento.

Primero, la tripulación será lanzada a la órbita terrestre, donde realizarán verificaciones de sistemas y ajustes de paneles solares de la nave Orión. Luego, un poderoso impulso de la etapa de propulsión criogénica intermedia del SLS ayudará a Orion a realizar una maniobra de inyección translunar, fijando su rumbo hacia la Luna.

Durante varios días, la tripulación viajará hacia la Luna y realizará encendidos del motor correctivos, para interceptar el campo gravitatorio de la Luna. En el momento y lugar correctos, Orion realizará una serie de encendidos de dos motores para colocar la nave espacial en una órbita lunar de halo casi rectilíneo (NRHO). De cientos de órbitas potenciales, la NASA seleccionó la NRHO para lograr los objetivos de Artemis a largo plazo. La NRHO proporcionará comunicaciones casi constantes con la Tierra y acceso a sitios en toda la Luna. Debido a que está gravitacionalmente equilibrada entre la Tierra y la Luna, esta órbita maximizará la eficiencia energética. En futuras misiones, la NASA y sus colaboradores, ensamblarán la estación espacial lunar Gateway en la NRHO para que sirva como eje para las misiones de Artemis.

La NASA ha seleccionado a SpaceX para proporcionar el sistema de aterrizaje humano que transportará a los astronautas de Artemis III desde Orión, en órbita lunar, hasta la superficie de la Luna y de regreso. SpaceX planea utilizar un concepto único de operaciones para aumentar la eficiencia general de su módulo de aterrizaje. Después de una serie de pruebas, SpaceX realizará al menos una misión de demostración, sin tripulación, que hará aterrizar a Starship en la superficie lunar. Cuando Starship haya cumplido con todos los requisitos de la NASA y los altos estándares de seguridad de la tripulación, estará listo para su primera misión Artemis.