Calidad de la información

Las señales procedentes de cualquier canal de comunicaciones en general, y de los vehículos espaciales en particular, deben cumplir unos criterios de calidad. A tal fin, los mensajes a transmitir entre las estaciones de tierra y los vehículos espaciales, o viceversa, se transforman mediante unos mecanismos de codificación. El mensaje transmitido contiene elementos redundantes que permiten conocer si se han producido errores en las distintas fases de recepción y manejo de la información.

El ruido de fondo, al ser de naturaleza aleatoria y estar mezclado con la señal, puede provocar errores, por lo que resulta esencial el intercambio de mensajes codificados.

Existe una gran variedad de métodos de codificación que se basan en las propiedades matemáticas de los conjuntos de símbolos o palabras usados para construir los mensajes. Un primer grupo, al contener símbolos o palabras de control, puede detectar la presencia global de errores en los mensajes recibidos sin precisar su posición.

Otro grupo de métodos de codificación más potentes, al ser capaces de determinar la posición de los errores dentro del mensaje permiten, además, su corrección automática. Éstos son los empleados en la mayoría de las misiones modernas, pero son más complejos de utilizar y necesitan equipos especiales, tanto a bordo de los vehículos como en tierra.

Ahora bien, cuando se quiere conseguir una protección mayor contra los errores que se presentan en forma agrupada, se procede a codificar los mensajes por dos métodos consecutivos diferentes, intercalando entre sí los mensajes codificados por el primer método antes de proceder a la segunda codificación.

Este tipo de protección que puede parecer exagerada, a veces no es suficiente cuando se trata de información que ha sido previamente comprimida. Cualquier error en la recuperación de la información correspondiente a una transmisión comprimida es catastrófico para el proceso de descompresión.